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No vuelvas a tirar tus bayetas usadas: el truco casero que necesitas conocer

No vuelvas a tirar tus bayetas usadas
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

¿Sabes que las bayetas que se utilizan para limpiar la cocina y el baño son un nido de bacterias y gérmenes? Un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) reveló que hasta el 91% de las bayetas se encuentran en unas «condiciones higiénicas deficientes». Teniendo esto en cuenta, hay que prestar especial atención a su limpieza y desinfección. Sin embargo, llega un momento en el que las bayetas no se pueden utilizar más.

Tirarlas y comprar otras no es la solución más económica, ni tampoco sostenible. Por suerte, hay diferentes maneras de darles una segunda vida a las bayetas y, así, cuidar tanto nuestro bolsillo como el medio ambiente.

Una de las opciones que tenemos a nuestro alcance es usarlas para limpiar superficies como los electrodomésticos o los muebles. Las bayetas tienen una gran capacidad para absorber líquidos y una textura suave, así que funcionan muy bien a la hora de recoger el polvo y la suciedad.

También podemos utilizarlas para limpiar los cristales sin que queden marcas ni pelusas, así como para eliminar las manchas de las alfombras. Otra alternativa es utilizarlas como trapos para la cocina. Con ellas podemos limpiar la encimera, secar los cubiertos y platos, etc.

¡Y todavía hay más! Porque también podemos darles una segunda vida a las bayetas en el baño. Son de gran utilidad para limpiar el lavabo, el inodoro e incluso los azulejos. También podemos tenerlas siempre en el baño y así limpiar la mampara cada vez que nos duchemos para que no se acumulen restos de suciedad y de cal en la misma.

Desinfectar bayetas paso a paso

En el caso de las bayetas que usamos en la cocina, es fundamental eliminar los restos de suciedad y de alimentos después de cada uso, ya que las bacterias se alimentan de estos nutrientes. Para ello, aclaramos la bayeta, la escurrimos y la dejamos extendida hasta que se seque por completo.

Por supuesto, debemos tener una bayeta para cada uso: una para limpiar el lavabo, otra para el inodoro, otra para el fregadero de la cocina… Para no equivocarnos, podemos comprarlas de diferentes colores y guardarlas en sitios distintos.

Para su desinfección, una vez a la semana debemos poner las bayetas en remojo en una mezcla de 100 mililitros de agua fría y 100 mililitros de lejía durante cinco minutos.

Y, por último, cabe señalar que lo recomendable es cambiar la bayeta cada dos o tres semanas, sin esperar a que esté demasiado deteriorada.

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