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Ni más ni menos. La temperatura a la que debes tener tu casa para no pagar una factura desorbitada

Ni más ni menos. La temperatura a la que debes tener tu casa para no pagar una factura desorbitada
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Ahora que ha llegado la época de frío, es de especial interés conocer la temperatura a la que debemos poner la calefacción para estar a gusto en casa y no pagar un dineral en la factura. La temperatura ideal dentro de la vivienda depende de un amplio abanico de factores, como las persona que viven en ella, si somos muy calurosos o frioleros, la región donde se encuentra, etc.

Temperatura ideal en casa en invierno

Para determinar la temperatura mínima adecuada en el interior de una vivienda, es posible consultar las directrices proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo señala que el ambiente frío puede inflamar los pulmones e inhibir la circulación, lo que puede conducir a problemas respiratorios y cardiovasculares, especialmente en personas vulnerables, como los niños y los ancianos.

Según el organismo, en países con climas templados o de frío moderado, la temperatura mínima recomendada para mantener un ambiente seguro y equilibrado es de al menos 18 grados. Asimismo, con base en algunas recomendaciones de estudios y organizaciones de salud, la temperatura del hogar debe mantenerse entre 22 y 23 grados durante el día y entre 18 y 19 grados por la noche.

Si se superan los 23 grados el aire puede volverse más seco, lo que aumenta la incomodidad dentro de casa. Además, un aumento en la temperatura también conlleva un mayor consumo energético, lo que se traduce en un aumento en la factura de la calefacción a final de mes. Los estudios han demostrado que cada grado que se eleva la temperatura por encima del valor óptimo puede suponer un incremento del 5% al 10% en el consumo de energía.

Consejos para ahorrar en calefacción

Cubrir los radiadores con ropa húmeda u otros objetos es un error común que puede aumentar significativamente las facturas de la calefacción y disminuir la eficiencia del sistema de calefacción. Cuando los radiadores están cubiertos, el calor se dispersa de manera menos efectiva, lo que significa que el sistema de calefacción debe trabajar más para mantener la temperatura deseada en la habitación.

Aunque pueda ser tentador evitar abrir las ventanas en invierno para retener el calor, la ventilación adecuada es fundamental para mantener un ambiente interior saludable. Lo mejor es abrir las ventanas por la mañana. Con 10 minutos es suficiente para renovar el aire interior sin disipar demasiado calor acumulado.

Colocar paneles reflectantes detrás de los radiadores es una solución eficaz porque actúan como barreras térmicas, reflejando el calor de vuelta hacia la habitación en lugar de dejar que se escape a través de las paredes.

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