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Ni una goma ni una pinza: el truco viral para cerrar una bolsa de patatas abierta y que no se estropeen

Una bolsa de patatas
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Si alguna vez te has encontrado con una bolsa de patatas abierta en la despensa y has querido conservarlas sin que se pongan blandas o se estropeen, probablemente hayas recurrido a gomas o pinzas. Sin embargo, circula por redes sociales un truco que ya se ha hecho viral en todo el mundo: cerrar la bolsa de patatas sin ningún accesorio adicional para prolongar su frescura.

Las patatas fritas y otros snacks similares son productos que se estropean rápidamente después de abrir la bolsa. Esto se debe principalmente a la exposición al aire y la humedad, que aceleran la oxidación de las grasas y favorecen que el producto pierda su textura crujiente. Además, si la bolsa se guarda en un lugar húmedo o caliente, las patatas absorberán la humedad y desarrollarán un sabor rancio.

El truco viral para cerrar la bolsa de patatas

@bethmclans How to securely seal an open bag without a clip. Not going anywhere! WiFi on a long flight is a whole new world of I’m bored so I better make TikToks. 😅 #lifehack #lifehacks ♬ Ultimate life hacks – Kelly | The Life Bath

El método es tan sencillo como efectivo, y puedes ponerlo en práctica en cuestión de segundos en cualquier momento y lugar, sin depender de tener una goma o una pinza a mano. Toma nota de los pasos a seguir:

  1. Primero, comprime la parte abierta de la bolsa hacia abajo.
  2. Luego, enrolla el extremo superior varias veces sobre sí mismo, hasta que quede compacto.
  3. A continuación, introduce el extremo enrollado hacia adentro de la bolsa. Este paso consiste en empujar el extremo enrollado dentro den la propia bolsa para evitar que entre aire.
  4. De esta manera, la bolsa queda perfectamente cerrada, y las  las patatas se mantienen frescas durante varios días.

Al enrollar y doblar la bolsa, se reduce gran parte del aire que queda atrapado, lo que disminuye la exposición a la oxidación de las grasas.  Además, al introducir el extremo enrollado dentro de la bolsa, se crea un cierre que reduce la entrada de humedad. Finalmente, cabe señalar que el truco funciona mejor si se guarda en un lugar fresco y seco.

Aunque este método funciona muy bien por sí solo, existen algunos consejos adicionales que pueden ayudar a prolongar la vida útil de las patatas:

  • Evita la exposición directa a la luz y a fuentes de calor, ya que el valor acelera la degradación de las grasas.
  • Aunque enrolles la parte superior, evita comprimir la bolsa sobre el contenido para que no se rompan las patatas.
  • Aunque el cierre reduce la entrada de aire, lo ideal es consumir las patatas en unos pocos días tras abrir la bolsa.

Consejos adicionales

La textura crujiente de las patatas fritas se debe a su bajo contenido de humedad. Durante la fritura, las patatas pierden gran parte del agua presente en su interior, y esta deshidratación es la que permite que queden crujientes y ligeras. Sin embargo, esta textura delicada se ve afectada rápidamente si las patatas entran en contacto con la humedad.

Por otro lado, las bolsas de patatas suelen estar llenas de nitrógeno antes de abrirlas. Este gas inerte desplaza el oxígeno dentro del envase y evita que las grasas se oxiden, prolongando así la frescura durante su almacenamiento y transporte.

Un error frecuente es guardar las patatas fritas en la nevera, pensando que el frío ayudará a mantenerlas frescas. Sin embargo, el ambiente de la nevera suele ser húmedo, y esta humedad la absorben las patatas, arruinando la textura crujiente y haciendo que se vuelvan blandas.

Alerta de la OCU

Finalmente, cabe señalar que «las patatas chips son uno de los snacks más consumidos, pero también uno de los menos saludables. Tras analizar el etiquetado de 331 productos de supermercado, la OCU señala que, en general, las patatas fritas presentan un alto contenido calórico, con unas 520 kcal por cada 100 g, y son ricas en grasas y sal. De media, contienen un 30 % de grasa, aunque en algunos productos llega al 44 %, y la sal se sitúa en torno al 1,2 %, superando en muchos casos lo considerado aceptable (1 g/100 g).

La calidad de las grasas suele ser buena, pues se emplean aceites vegetales como oliva, girasol, nabina o maíz, pero la cantidad sigue siendo elevada. Además, muchas chips contienen aditivos y aromas, sobre todo en los productos con sabores, que aumentan la transformación industrial. Algunos productos incluyen hasta 11 aditivos, y ciertos aromas de humo están asociados a riesgos de genotoxicidad.

Para elegir mejor, la OCU recomienda optar por productos con ingredientes simples, elaborados únicamente con patata, aceite vegetal y sal. Los chips vegetales suelen tener más fibra y algo de azúcar, pero las clásicas patatas fritas lisas y onduladas deben seleccionarse según la menor cantidad de sal y aditivos. Así, se puede disfrutar de este snack de forma más saludable sin renunciar al sabor y la textura crujiente».

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