Una especie capaz de depurar el agua contaminada

Los mejillones, el mejor remedio para la contaminación de los océanos

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Los mejillones avanalados son la especie elegida por los científicos

La contaminación de los océanos puede definirse como uno de los problemas más graves de los últimos años. Cada vez es más habitual encontrar cualquier tipo de desecho en un entorno en el que habitan millones de seres vivos. La contaminación de las aguas es un hecho, por eso muchos activistas y científicos han estado buscando una solución para este grave problema. La respuesta está en los mejillones acanalados, los mejores limpiadores de los océanos.

Mejillones como remedio

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Un estudio de la grupo de investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica

Parece una broma pero estamos hablando totalmente en serio. Un grupo de investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) encabezados por Julie Rose han determinado que los mejillones acanalados pueden acabar con este problema. La formación de algas, hierbas marinas y espumas contaminantes es algo habitual en nuestros océanos. Unos elementos que pueden provocar la muerte de muchos de los seres vivos que habitan en las aguas pero este no es el caso de algunos mariscos.

Las agencias se han dado cuenta del potencial de estos animales y están utilizando al Geukensia demissa (mejillón acanalado) como antídoto para filtrar las aguas. Un organismo que suele adaptarse a cualquier tipo de hábitat y que es capaz de filtrar todo tipo de bacterias, microalgas y hasta nutrientes y contaminantes. Cabe destacar que este marisco no puede encontrarse en ningún tipo de mercado, ya que no se considera una especie apta para el consumo humano.

«El algodón no engaña»

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Un experimento exitoso

El experimento del algodón suele ser la típica prueba que se utiliza en los anuncios de limpieza para demostrar la calidad del producto. Pues bien, desde el equipo de Julie Rose quisieron demostrar la valía de este curioso animal con una sencilla prueba.

Los científicos colocaron miles de mejillones dentro de una batea en un estuario cerca de Nueva York, una de las ciudades más contaminadas del mundo. Un lugar en el que los organismos no tenían a penas separación y por la que accedía el agua contaminada del río. Pasados unos meses, los investigadores comprobaron que la mayoría de los mejillones estaban perfectamente sanos. Sin embargo, sus tejidos celulares estaban llenos de un isótopo de nitrógeno local, un dato que indica que lograron eliminar el nitrógeno del agua. Estos datos sirvieron a los científicos para refutar su teoría y determinar que una balsa perfectamente equipada podría llegar a limpiar una media de 10 millones de litros de agua. Todo un hallazgo.

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