Historia de Pompeya, la ciudad congelada en el tiempo
Hay civilizaciones antiguas que desaparecen sin dejar rastro, con solo historias escritas, como por ejemplo Troya. Otras, sin embargo, sí que han llegado hasta nuestros días con pinturas, esculturas o elementos arquitectónicos importantes. Hoy os queremos hablar de la historia de Pompeya, una ciudad que quedó sepultada por las cenizas del volcán. Hoy en día es un elemento turístico muy importante, pues se mantiene con un estado de conservación muy bueno.
La historia de Pompeya se detuvo en el año 79 d.C., con la erupción del Vesubio. Según los historiadores, hasta 2.000 personas murieron en el acto o quedaron sepultadas por las cenizas. Semanas antes de que el volcán entrara en erupción hubo varios terremotos que afectaron a la ciudad. Esto hizo que muchos de sus ciudadanos abandonaran la ciudad por temor, salvándoles la vida de lo que estaba por llegar.
Una ciudad congelada y escondida del tiempo
La capa de ceniza que inundó Pompeya sirvió para conservar en buen estado tanto edificios como pinturas. Incluso la gente que quedó atrapada ha mantenido su figura hasta nuestros días, siendo de las cosas más impresionantes que podemos ver en esta ciudad.
A pesar de haber perdurado en el tiempo, el origen de la ciudad es incierto. Los restos más antiguos apuntan a principios del siglo XI a.C., aunque podría haber un asentamiento desde antes. En lo que sí coinciden los expertos es en asegurar que Pompeya ya estaba establecida para el siglo VII a.C.
La ciudad participó en la lucha contra Roma, pero cayó ante el poder de la capital. Dada su posición, cerca de la actual Nápoles y del mar, Pompeya se convirtió en un punto de comercio importante. Tras la explosión del volcán, se mantuvo olvidada hasta su descubrimiento en el año 1748. Junta a ella se descubrieron otras ciudades que tuvieron la misma suerte.