Fin del eterno debate: este es el lugar en el que se deben guardar los huevos

Los huevos son un alimento con una cáscara porosa que los hace sensibles a contaminantes externos. La cutícula protectora natural que recubre la cáscara se elimina al lavar los huevos, aumentando el riesgo de contaminación. Por este motivo, es importante conocer dónde guardar los huevos y algunos consejos sobre su correcta manipulación para evitar intoxicaciones y prolongar su frescura.

Es curioso cómo a veces los fabricantes de electrodomésticos parecen pasar por alto ciertas consideraciones prácticas. La ubicación de la huevera en la puerta del frigorífico, aunque común, no es la más adecuada para preservar la frescura de los huevos. La exposición a cambios frecuentes de temperatura y al calor exterior puede afectar negativamente su calidad y frescura.

El mejor sitio para guardar los huevos

Los huevos son alimentos sensibles que requieren cuidados específicos para su almacenamiento:

• Es fundamental refrigerar los huevos inmediatamente después de comprarlos, asegurándose de que la temperatura de la nevera no supere los 4º C, especialmente en verano, cuando el calor exterior puede afectar la frescura de los alimentos.
• Es importante evitar lavar los huevos antes de guardarlos, ya que esto eliminaría la membrana protectora natural y podría favorecer la acumulación de humedad, lo que podría comprometer su calidad.
• Si un huevo está roto o agrietado, debe desecharse para evitar la posible contaminación de los demás.
• En caso de que los huevos estén muy sucios, se pueden limpiar suavemente en seco con un cepillo o estropajo delicado.
• Es recomendable conservar los huevos en su envase original, ya que esto proporciona información útil sobre el lote, como tamaño, origen y fecha de consumo. Además, colocarlos en una balda lejos de alimentos con olores fuertes ayuda a preservar su sabor.
• Los huevos pueden lavarse justo antes de usarlos y desinfectarse si es necesario, pero siempre es importante verificar que el envase donde se guardan no genere condensación ni permita la entrada de humedad, ya que esto podría provocar el desarrollo de hongos.

La razón por la que los huevos se encuentran a temperatura ambiente en el supermercado y deben ser refrigerados en casa radica en evitar cambios bruscos de temperatura que podrían dañar la cutícula protectora del huevo. Si los huevos estuvieran refrigerados en el supermercado y luego se sometieran a cambios de temperatura al llegar a casa, podrían producirse contracciones y dilataciones que afectarían la integridad de esta membrana delgada que protege al huevo de la cáscara y que puede contener salmonela.

Consejos de manipulación

Para preservar la integridad de la cáscara, no es necesario lavar los huevos, ya que esta actúa como un escudo protector natural. Es importante revisarlos en busca de grietas o roturas, desechando aquellos que estén dañados.

Respetar la cadena de frío es fundamental, especialmente en climas cálidos. Después de la compra, evitar dejar los huevos expuestos al sol o en lugares calurosos.

Los huevos deben almacenarse en el interior de la nevera, preferiblemente en su propia caja, y no en la puerta para protegerlos de cambios bruscos de temperatura.

Para evitar contaminar el interior del huevo con trozos de cáscara, se recomienda cascarlo en el borde de un recipiente distinto al que se utilizará para batirlo. Lo mismo aplica al separar la yema de la clara.

Por seguridad alimentaria, no es recomendable dejar que transcurran más de dos horas para refrigerar un huevo después de su cocción, ni dejar platos cocinados con huevo sin refrigerar.

Antes de cocinar los huevos, es fundamental lavarse bien las manos y asegurarse de que las superficies y utensilios estén limpios antes y después de manipularlos.

Y, por último, es crucial tener en cuenta que las altas temperaturas solo se deben aplicar durante la cocción de los huevos. Nunca se deben dejar expuestos al sol o a fuentes de calor prolongadas.

Cantidad diaria recomendada

El huevo, un alimento básico en la cocina de todo el mundo, ofrece una amplia gama de posibilidades culinarias y se considera esencial para una dieta equilibrada y saludable.

A pesar de sus beneficios, existen numerosos prejuicios en torno al huevo, lo que lleva a muchas personas a limitar su consumo. Uno de los mitos más extendidos es la creencia de que el huevo aumenta los niveles de colesterol en sangre, lo que ha generado preocupación y dudas sobre su inclusión en la dieta.

En cuanto a la cantidad recomendada de huevos para el consumo diario, los expertos revelan que se debe ingerir entre 1 y 1,5 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal. Considerando que un huevo aporta aproximadamente 6 gramos de proteína, una persona debería consumir entre 10 y 15 huevos al día para cubrir la cantidad mínima de proteínas recomendadas.

Los beneficios del consumo de huevos para la salud incluyen ser una fuente de proteínas de alta calidad, contener una amplia gama de vitaminas y minerales esenciales, promover la saciedad, beneficiar la salud cerebral y promover la salud ocular.