Una experta alerta de los peligros del consumo de redes sociales en adolescentes
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Los expertos expresan su preocupación por el impacto negativo que las redes sociales pueden tener en la salud mental de los adolescentes. Se señalan diferencias significativas en la forma en que socializan a través de estas plataformas, con una pérdida de señales importantes como el lenguaje corporal y las expresiones faciales, lo que puede resultar en malentendidos.
La presión por lucir perfecto en las redes sociales puede llevar a una imagen distorsionada de la realidad, donde los adolescentes se sienten obligados a compartir fotos que proyecten una imagen idealizada de sí mismos. La búsqueda de validación a través de los «me gusta» en las redes sociales puede convertirse en una obsesión para los adolescentes, quienes pueden llegar a sentirse personalmente afectados si no reciben la aprobación esperada en sus publicaciones.
Los padres desempeñan un papel crucial al modelar un uso saludable de la tecnología y al establecer límites claros en el hogar. Es importante brindar atención plena a los niños y crear momentos libres de tecnología para fomentar una conexión más significativa. Involucrar a los adolescentes en actividades que les interesen genuinamente puede ayudar a construir una autoestima basada en sus logros y habilidades, en lugar de su apariencia física o posesiones materiales.
¿Cómo afecta el consumo de redes sociales en los adolescentes?
El uso descontrolado de las redes sociales tiene múltiples consecuencias negativas en la salud mental y emocional de las personas. Una de ellas es la modificación del sistema de recompensa, lo que altera la forma en que experimentamos el placer y el dolor. Además, se genera una búsqueda constante de gratificación instantánea, lo que lleva a una hiperestimulación y a una menor tolerancia a la frustración.
Esta dependencia emocional de las redes sociales puede llevar a una espiral de apatía y angustia, afectando la salud mental de manera significativa. Además, el uso excesivo de estas plataformas distrae a las personas, dificultando la atención y la concentración.
La experta Marian Rojas Estapé ha analizado el impacto psicológico y neurológico de las redes sociales, comparándolo con la respuesta del cerebro ante las drogas o el juego. La liberación de dopamina que se produce al recibir un like crea una sensación de satisfacción similar a la provocada por las sustancias adictivas. Este ciclo de recompensa puede llevar a una adicción que afecta la atención, la voluntad y la felicidad a largo plazo.
Las empresas tecnológicas diseñan deliberadamente sus dispositivos y aplicaciones para generar adicción, utilizando conocimientos de psicología y neurociencia. Este fenómeno, conocido como «economía de la atención», tiene como objetivo captar y mantener la atención de los usuarios de manera continua.
Es fundamental que las personas reflexionen sobre el uso que hacen de la tecnología y busquen un equilibrio saludable. En el caso de los menores, es especialmente importante que los adultos de su entorno supervisen y guíen su uso de dispositivos móviles para evitar consecuencias negativas en su desarrollo emocional y cognitivo.
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Uso del teléfono móvil
Durante su intervención en la Comisión de Estudio sobre el uso de la tecnología por parte de los adolescentes en la Asamblea de Madrid, la psiquiatra Marian Rojas-Estapé planteó varias propuestas para abordar el impacto negativo de las redes sociales y el uso descontrolado de los dispositivos móviles en los jóvenes. Propuso establecer normas básicas en el acceso a las pantallas, que se revisen anualmente según la investigación y la experiencia acumulada.
Rojas-Estapé sugirió la implementación de medidas concretas, como la prohibición de móviles en los patios escolares y la restricción del acceso a dispositivos móviles para niños menores de 12 años, con el fin de protegerlos de contenidos perjudiciales. Además, abogó por evitar el uso de pantallas en la educación primaria.
La experta reconoció que si bien las redes sociales y la digitalización tienen aspectos positivos, también representan un «arma de doble filo». Destacó cómo estas plataformas pueden ayudar a conectar a personas aisladas y proporcionar apoyo emocional, pero al mismo tiempo contribuyen al aumento de la ansiedad y los trastornos de la alimentación, así como a la baja autoestima debido a la comparación constante.
En cuanto al contenido inapropiado en Internet, como la pornografía, Rojas-Estapé señaló sus efectos negativos en el comportamiento de los adolescentes, incluyendo la influencia en sus relaciones íntimas. Destacó la importancia de la curiosidad adolescente y cómo los algoritmos pueden alimentar el consumo continuo de este contenido, generando cierta tolerancia y una necesidad de exposición cada vez mayor.
Para abordar estos problemas, la experta abogó por una coordinación entre las familias y los centros educativos para establecer límites y pautas comunes en el uso de la tecnología. Además, respaldó la idea de introducir psicólogos en los centros escolares para orientar y apoyar tanto a los estudiantes como a los padres y profesores.