¿Cuanto pueden durar las latas de conserva?
Estamos acostumbrados a ver en las películas apocalípticas como los típicos búnkeres americanos están repletos de un alimento por encima del resto, una comida conservada en perfectas condiciones que puede aguantar todo tipo de clima. Hablamos de las latas de conserva. Como su mismo nombre indica, estos productos aguantan años hasta que pierdan por completo sus nutrientes. Pero… ¿cuánto pueden durar las latas de conserva?
Un alimento atemporal
Las latas de conserva están creadas de tal forma que pueden mantener por completo sus nutrientes durante decenas de años. Una característica innata basada en la constitución del envase y la conservación de la comida en el mismo que nada tiene que ver con las fechas de caducidad. Según un reciente estudio de la Universidad de Harvard, la fecha de caducidad se enmarca como una medida preventiva para minimizar las intoxicaciones. Sin embargo, nada tiene que ver este plazo con el momento con la toxicidad del producto sino con el instante en el que el alimento comienza a perder sus propiedades.
Según los últimos estudios realizados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, este tipo de alimento puede conservarse en buen estado hasta un máximo aproximado de 100 años. Eso sí, antes de ingerir cualquier tipo de sustancia, lo mejor es que te asegures si el envase tiene alguna fuga o un punto por el que su integridad pueda haberse visto dañada. En ese caso, la ingestión sería perjudicial para nuestro organismo.
Ejemplos que lo demuestran
En el año 2012, un reputado farmacéutico alemán encontró en su casa una lata de manteca que databa del año 1948. Como buen profesional, entregó dicha lata a las autoridades sanitarias de su país para que determinaran su estado. Para sorpresa del farmacéutico, el equipo médico decretó que ese producto estaba perfectamente apto para el consumo, únicamente había perdido un poco de sabor y olía de forma distinta. Lo mismo ocurrió con unas latas encontradas en un barco de vapor hundido en el río Misuri. Unos envases que contenían miel, tomates y ostras que después de un exhaustivo análisis únicamente habían cambiado de aspecto pero conservaba la mayoría de las propiedades nutritivas, excepto la vitamina A y C.
Parece sorprendente, pero los productos integrados en las latas de conserva pueden mantenerse activo mucho más de lo que imaginábamos. Sin duda, el mejor remedio para sobrevivir en caso de catástrofe.
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