Cuatro estrellas y con vistas insuperables: el Parador secreto de España que merece una visita
El Parador ocupa el histórico Palacio de Piedras Albas
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Ávila, uno de los principales tesoros de Castilla y León, es un destino imprescindible gracias a su impresionante patrimonio arquitectónico, como famosas murallas medievales o la Catedral del Salvador. Si buscamos un lugar donde alojarnos que capture la esencia de esta ciudad, el Parador de Ávila, un hotel de cuatro estrellas situado en pleno casco antiguo, es una opción estupenda. El Parador ocupa el histórico Palacio de Piedras Albas, construido en el siglo XVI con el estilo señorial típico del Renacimiento castellano y diseñado como parte del sistema defensivo al integrarse con las murallas. Aunque el edificio original sufrió diversas modificaciones a lo largo del tiempo, aún conserva elementos como su elegante patio y su imponente escalera.
En el siglo XIX, el IX marqués de Benavites añadió un torreón que albergaba su biblioteca personal. Más tarde, en el siglo XX, la familia del marqués cedió el palacio al Estado, y desde 1966 se convirtió en el Parador de Turismo de Ávila. En la actualidad, cuenta con 61 habitaciones decoradas con mobiliario clásico, acogedores salones y un claustro de piedra que ofrece un ambiente tranquilo y relajante. Los jardines albergan una interesante colección arqueológica, y su restaurante, con vistas a las murallas, invita a disfrutar de la gastronomía tradicional abulense.
El Parador de Ávila: historia y elegancia
Ávila, la capital más alta de España, invita a recorrer su casco histórico protegido por majestuosas murallas medievales, símbolo indiscutible de la ciudad. Aquí se encuentra el Parador de Ávila, un alojamiento único que ocupa el Palacio de Piedras Albas, una joya arquitectónica del siglo XVI.
Este edificio renacentista combina historia y comodidad a partes iguales, ofreciendo a sus huéspedes amplias habitaciones y salones decorados con elegancia, un restaurante con vistas a la muralla y un encantador patio acristalado que conecta con sus jardines arqueológicos. La colección al aire libre incluye sarcófagos, pilas bautismales y un verraco celta del siglo V a.C., sumergiendo a los visitantes en la historia desde el primer momento.
El Parador de Ávila combina modernidad y tradición en sus servicios y habitaciones, ofreciendo una experiencia inolvidable a sus huéspedes. Sus amplias y habitaciones están diseñadas con elegancia y equipadas con todas las comodidades, como aire acondicionado, minibar, caja fuerte, tecnología Chromecast y Wi-Fi gratuito. Además, el Parador de Ávila cuenta con un parking exterior gratuito, un garaje interior de pago y cargadores para vehículos eléctricos. Su entorno tranquilo, rodeado de jardines y patrimonio histórico, garantiza una experiencia memorable en pleno corazón de la ciudad.
Restaurante Piedras Albas
En el restaurante Piedras Albas destacan especialidades como las judías de El Barco, el chuletón de ternera Avileña Negra Ibérica y el cochinillo asado. También puedes disfrutar de las dulces yemas de Santa Teresa, una delicia local que completa la experiencia gastronómica. Además, cada año, el Parador organiza las Jornadas Gastronómicas de las Judías del Barco, una cita imprescindible para los amantes de la buena mesa.
La carta del Parador de Ávila es un auténtico homenaje a la tradición culinaria castellana, complementada con toques de creatividad y productos locales de calidad. Entre las opciones más destacadas están las ensaladas, como la de lomo de orza con brotes tiernos y queso tierno del Valle del Tiétar, o la fresca combinación de quinoa, tofu y vinagreta de frutos secos. Otra propuesta irresistible es la ensalada de pimientos asados al carbón con sardina marinada, que fusiona sabores intensos y naturales.
Los entrantes son toda una declaración de amor a los productos regionales. La degustación de tasajos de cerdo, mantillo y cecina de vaca representa la riqueza cárnica de la región, mientras que las croquetas de jamón ibérico, elaboradas con esmero, son un bocado delicioso. También sobresale el surtido de quesos de cabra de la sierra de Guadarrama y el Valle del Tiétar, perfecto para los amantes de los lácteos artesanales. Para los días más frescos, nada mejor que una sopa castellana tradicional con huevo escalfado o una crema de verduras de temporada con calabaza asada y alcachofa.
Entre los platos principales, las carnes tienen un protagonismo especial. La ternera Avileña Negra Ibérica brilla en propuestas como el entrecot con patatas y pimiento asado, el solomillo con patatas asadas y pimientos al horno, o el espectacular chuletón a la brasa de carbón, ideal para compartir. El cochinillo confitado al aroma de tomillo y ajo, la paletilla de cordero lechal asada, y el codillo de cerdo braseado son opciones irresistibles que exaltan la cocina tradicional.
Para quienes prefieren sabores del mar, destacan el bacalao salvaje asado con tomate casero y guindilla, o la corvina acompañada de una bearnesa de alcachofas. Además, opciones como el takayut, un pastel sefardí de berenjena y cordero, la lasaña de verduras con tomate especiado, y el revuelto de huevos ecológicos con bacalao dorado, ofrecen alternativas únicas que completan una carta pensada para todos los gustos.