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Las 8 mejores frases de la científica Marie Curie en el día de su muerte

Las 8 mejores frases de la científica Marie Curie en el día de su muerte
Las 8 mejores frases de la científica Marie Curie en el día de su muerte

Marie Curie muere un 4 de julio de 1934 y es por ello que rendimos homenaje a esta gran científica, de las primeras mujeres con las 8 mejores frases de la científica Marie Curie en el día de su muerte.

De nacionalidad polaca, recibió el premio Nobel de física en 1903 y el premio Nobel de química en 1911 y marcó un antes y un después en la vida de la ciencia y las mujeres.

¿Cuáles son las frases que nos ha dejado Marie Curie?

La ciencia es bella y es por esa belleza que debemos trabajar en ella, y quizás, algún día, un descubrimiento científico como el radio, puede llegar a beneficiar a toda la humanidad.

No puedes esperar construir un mundo mejor sin mejorar a las personas. Con ese fin cada uno de nosotros debe trabajar para su propio mejoramiento y al mismo tiempo, compartir una responsabilidad general con toda la humanidad, nuestro deber particular es ayudar a aquellos a quienes creemos que podemos ser más útiles.

Las diversas razones que hemos enumerado nos llevan a creer que la nueva sustancia radioactiva contiene un nuevo elemento que proponemos dar el nombre de radio.

Era como un nuevo mundo abierto para mí, el mundo de la ciencia, que por fin se me permitió conocer la libertad. 8 mejores frases de la científica Marie Curie

No hay que olvidar que cuando se descubrió el radio, nadie sabía que resultaría útil en los hospitales. El trabajo era ciencia pura. Y esto es una prueba de que el trabajo científico no debe considerarse desde el punto de vista de la utilidad directa de la misma.

Cuanto más viejo te vuelves, más sientes que debes disfrutar el presente; es un regalo precioso, comparable a un estado de gracia.

La vida no es fácil, para ninguno de nosotros. Pero… ¡qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo. Hay que sentirse dotado para realizar alguna cosa y que esa cosa hay que alcanzarla, cueste lo que cueste.

Algunas veces me falta valor y me digo que debería dejar de trabajar, irme a vivir a mi casa de campo y dedicarme a los trabajos de jardinería. Pero me atan mil lazos y no sé cómo podré resolver este asunto. Es más: no sé si escribiendo libros científicos podría prescindir del laboratorio. No sé si podría prescindir del laboratorio.

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