‘When We All Fall Asleep, Where Do We Go?’, primer disco de Billie Eilish, la confirma como la artista más completa y compleja del momento

Rompedora, brillante, incomparable. Tres adjetivos que encajan a la perfección con Billie Eilish, la nueva sensación del pop mundial. También encajan -cambiando su género- para definir su primer álbum de estudio, ‘When We All Fall Asleep, Where Do We Go?’, publicado este mismo viernes 29 de marzo. Uno de los discos más esperados del año, que podía terminar de confirmar a la estadounidense como la profeta de la nueva música o que, por el contrario, podía acabar con el mito que se está creando en torno a su figura.

Si has escuchado a Billie Eilish y has seguido su evolución, apostarás por la primera. Y no fallarás. Este primer disco es tan sorprendente como todo lo que nos ha traído anteriormente, tan intenso como lo es ella misma, pero sin romper en ningún momento hacia lo estridente, sin pasarse nunca de esos límites que, por no estar marcados, son tan complicados de definir. Unos límites que la joven de tan solo 17 ha encontrado y con los que ha jugado de manera muy inteligente.

Lejos de la concepción de disco que muchos oyentes tienen -y también muchos artistas-, la cual consiste en una serie de canciones que se reproducen una tras otra, sin mucha relación, Billie Eilish ha construido un concepto en el que prácticamente no somos conscientes del momento en el que saltamos de un tema a otro. Porque ni siquiera lo hacemos, nos deslizamos de uno a otro, a través de ese sonido que ya relacionamos directamente con ella.

Como si de una montaña rusa se tratara, Billie Eilish nos hace subir y bajar continuamente en este álbum debut, en el que exploramos sus muchos fantasmas y nos introducimos en su interior. Pero lo más sorprendente de esto es que, mientras conocemos esa oscuridad, también hacemos una introspección personal. Realmente ese ‘we’ del título, ese nosotros, existe en el primer disco de la joven.

El nivel de este ‘When We All Fall Asleep, Where Do We Go?’ es tan alto que, tras un par de escuchas, es casi imposible escoger una canción por encima del resto o descartar otra por debajo. Cuando terminas de escucharlo, además de estar sumido en un estado total de tranquilidad que ya conocerán quienes hayan escuchado a Billie Eilish, la sensación que te invade es la misma que sientes cuando has hecho un viaje por carretera, a través de todo tipo de paisajes, pero sin interrupciones, a un ritmo agradable, dejándote llevar.

Definitivamente, el álbum debut de la cantante no ha hecho más que confirmarla como la profeta de la música de esta nueva era, como una mesías que ha llegado sin que nadie se diera cuenta y que tiene mucho que contar y que cantar. Con un gusto exquisito, un conocimiento musical que abruma al saber su edad y una delicadeza que araña dulcemente con cada letra, con cada canción, con cada pequeña historia dentro de esta montaña rusa, ‘When We All Fall Asleep, Where Do We Go?’ es un claro sobresaliente.