‘La Anunciación’ de Fra Angelico brilla más azul que nunca tras un año de restauración
'La Anunciación' de Fra Angelico brilla más azul que nunca tras un año de restauración en el interior de los talleres del Museo del Prado. La obra, que retrata el momento en el que el arcángel le da la noticia a la Virgen del próximo nacimiento de Jesús, data de la época de 1420 y llegó a España en 1611.
‘La Anunciación’ de Fra Angelico brilla más azul que nunca tras un año de restauración en el interior de los talleres del Museo del Prado. La obra, que retrata el momento en el que el arcángel le da la noticia a la Virgen del próximo nacimiento de Jesús, data de la época de 1420 y llegó a España en 1611.
La restauración de la obra de Fra Angelico comenzó en marzo de 2018 para recuperar «la luz y el color» del original del autor y ha dado lugar a la exposición ‘Fra Angélico y el origen del Renacimiento florentino’, cuya inauguración tendrá lugar el próximo 28 de mayo. Así lo ha explicado a los medios de comunicación el director adjunto de conservación del Museo del Prado, Andrés Úbeda, quien ha denominado esta obra como «una referencia del Museo» y ha explicado que «el milagro» de su restauración, realizada por Almudena Sánchez, se ha llevado a cabo debido a la donación de 150.000 euros por parte de Friends of Florence y American Friends of the Prado Museum.
Por su parte, Sánchez ha señalado que la restauración de esta obra, primer altar florentino de estilo renacentista en el que se usa la perspectiva para organizar el espacio, ha supuesto «una enorme responsabilidad» para el equipo y ha constado de tres fases en las que se ha buscado recuperar los elementos característicos de Fra Angelico que se han perdido con el paso del tiempo.
En concreto, Sánchez ha indicado que durante la primera fase se han llevado a cabo análisis de la obra y de sus principales problemas, localizados especialmente en el ángel Gabriel y en la Virgen, así como estudios técnicos para conocer su estado de conservación, para lo que ha tenido que viajar a Florencia y visitar el centro de restauración Opificio delle Pietre Dure y el Museo de San Marcos, que alberga diversas obras del artista florentino, entre otros.
Por otra parte, ha indicado que se ha realizado una limpieza de la capa gris de suciedad que cubría la superficie de la obra oscureciéndola y una eliminación de los repintes de óleo procedentes de intervenciones anteriores, concentrados en la unión de dos de los cuatro paneles que forman el soporte de la pintura para ocultar una grieta que atravesaba el ala del ángel Gabriel y dividía esta figura en dos.
En este sentido, se ha empleado un método de limpieza sin riesgo para la obra basado en el uso de un gel de silicona, que actúa como vehículo del medio acuoso protegiendo la pintura y actuando sobre la capa de suciedad, que ha permitido eliminar la capa grisácea y recuperar los colores característicos de Fra Angelico, así como el contorno original del ala del ángel Gabriel, cuya limpieza dio lugar a la aparición de una partícula de oro que, según ha apuntado Sánchez, ha revelado sus dimensiones reales. Así, las siguientes fases de la restauración han consistido en el estucado de las faltas de colores para nivelarlas a la superficie y en la reintegración cromática de las mismas, con acuarela y pigmentos de barniz.
Por otra parte, Sánchez ha afirmado que del conjunto de intervenciones anteriores, cuyos retoques han ocasionado una «alteración estética» en el ala de Gabriel y en el manto lapislázuli de la virgen, se tiene constancia documental de la última, realizada en el Museo del Prado por Jerónimo Seisdedos entre 1943 y 1944.
«Ha habido dos grandes retos: la eliminación de la capa grisácea de polución, porque había que eliminarla con un medio acuoso sobre una capa de temple muy delicada y sensible al agua y los repintes ocasionados por haber sido pintada encima en varias ocasiones», ha apostillado.
Asimismo, ha destacado que el momento «más emocionante» del proceso ha sido la aparición de la luz que se desconocía cuando comenzaron los trabajos de restauración y limpieza, así como de los colores y la técnica «llena de detalles de altísima calidad que hablan de la época del Fra Angelico miniaturista».
Sánchez ha asegurado que el «buen estado de conservación de la obra» ha permitido conservar hasta la actualidad elementos de la composición «muy frágiles», como las pestañas del ángel y de la Virgen, las letras del libro apoyado en el manto de la misma o la barba de Adán, entre otros.
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