Los médicos de Atención Primaria rechazan de plano el plan de choque de Puig y Barceló

sanidad valenciana
Víctor Pedrera, responsable de CESM en la Comunidad Valenciana.
Ignacio Martínez

Los profesionales del Sindicato Médicos de la Comunidad Valenciana (CESM-CV), hegemónico en Atención Primaria y con más de 5.000 afiliados, han mostrado su «completo rechazo» al plan de choque recientemente presentado por la consejera de Sanidad, socialista Ana Barceló, del Gobierno valenciano que preside el también socialista Ximo Puig. Aducen hasta 7 razones para esa oposición al denominado Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria 2022-2023.

Nuevo varapalo para Puig y Barceló. El mismo sindicato que suma ya 2 sentencias favorables por la falta de elementos de protección a que se vieron sometidos los médicos del sistema público valenciano durante la primera ola de la pandemia, ha efectuado ahora su valoración acerca del plan de choque elaborado por la Consejería de Sanidad. Esa valoración se resume con dos de la palabras mencionadas por ellos mismos: «Completo rechazo».

Sostienen que, al contrario de lo que se afirma en el documento, el sindicato no ha sido convocado ni invitado a participar en su elaboración. Sostienen también que no se les ha consultado previamente y que tampoco se ha tenido en cuenta ni contestado a ninguno de los escritos en los que manifestaban las carencias del sistema y efectuaban recomendaciones para su mejora. Afirman que desconocen quién o quiénes son los autores del plan de choque, así como los cargos, currículos, reconocimiento profesional, cómo han sido seleccionados y qué conocimientos y experiencia tienen en la Atención primaria valenciana esas personas.

Sostienen, además, que se desprecia la figura del médico de familia y Pediatría de Atención Primaria, que se minimiza el problema que sufren y se deriva funciones propias y exclusivas del médico a otras profesiones sanitarias. En este sentido, hacen hincapié en que se plantea incluso la posibilidad de que la dirección de un equipo de Atención Primaria pueda recaer en personal de enfermería, lo que califican de «totalmente ilegal e inadmisible» y adelantan que si este hecho se producen el sindicato irá a los tribunales.

Subrayan en su exposición desde el sindicato que el análisis actual que atraviesa la Atención Primaria es «superficial y basado en datos erróneos», y que se olvida la problemática que más incidido en su deterioro, como el número de pacientes citados sin límite y que, a la vez, se exaltan fortalezas «inexistentes de la organización», lo que a juicio de los médicos «les invalida para extraer conclusiones y adoptar decisiones».

Añaden en ese análisis que el documento «se limita a un listado de objetivos y acciones indefinidas en plazos, recursos o mecanismos para su puesta en funcionamiento» y dicen que ese documento plantea como objetivos a cumplir y mejoras a implementar «asuntos acordados directamente» con CESM-CV «o firmados en mesa sectorial y no cumplidos». Sostienen además que el documento «fía la consecución de objetivos y acciones a profundas modificaciones de la normativa nada creíbles» y terminan manifestando que deja en una total indefinición el reparto de plazas a crecer.

El sindicato sostiene además que la Atención Primaria valenciana arrastra un déficit estructural de 500 médicos de familia y 100 pediatras, a los que se suman, dicen, cerca de 400 plazas diarias de especialistas en medicina familiar y pediatría a cubrir por distintos motivos. Por lo que reclaman que de las 1.600 plazas que Barceló anunció que se ampliarán, 600 sean para médicos de familia y pediatras de atención primaria.

El plan de choque de Puig y Barceló ha producido a estos médicos una «profunda decepción» por la orientación que, a tenor de ese plan, desea dar la Consejería de Barceló a la Atención primaria y por el «menosprecio» que para ellos esta iniciativa supone para la profesión médica y los pacientes.

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