Más impuestos de la izquierda: Puig negocia ya la tasa turística con Compromís y Podemos

Ley de cambio climático del Gobierno de Ximo Puig
El presidente de la Generalitat Valenciana el socialista Ximo Puig.
Ignacio Martínez

Más impuestos de la izquierda: Puig negocia ya la tasa turística con Compromís y Podemos. La complejidad estriba en como encajarla en los presupuestos autonómicos para 2022.

El turismo es la actividad económica diferencial de la Comunidad Valenciana. Aporta en torno al 15,5% del Producto Interior Bruto de la autonomía. El Estudio del Impacto Económico del Turismo sobre la Economía Valenciana de 2019 apuntaba que esta actividad daba trabajo a más de 318.000 personas, un 15,9% del empleo. La pandemia ha hecho estragos en esta actividad, una de las más golpeadas. Pese a ello, Compromís y Podemos, los dos socios de referencia de Puig y los socialistas en el gobierno valenciano, hicieron patente recientemente su intención de incluir una tasa para gravar los alojamientos turísticos en territorio valenciano en los presupuestos para el próximo año, 2022.

La iniciativa pilló al socialista Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, con el pie cambiado. Se hizo pública mientras Puig se reunía con el presidente de Andalucía, el popular Juan Manuel Moreno, en Sevilla. Mientras Puig hablaba allí de financiación, sus socios proclamaban la nueva tasa en Valencia. Puig reiteró que la tasa turística no tocaba ahora, pero sus socios siguieron a lo suyo. En paralelo a esta situación, el sector turístico, respaldado por el PP, se opuso frontalmente a la tasa con dos argumentos de peso: uno, que los estragos de pandemia habían debilitado el sector, incrementado el paro y provocado el cierre de hoteles y, por tanto, el incremento del desempleo. Otro, que el factor diferencial del sector respecto a la competencia de otros destinos no contaba con la suficiente fortaleza como para soportar un golpe de ese calado. De hecho, aún a día de hoy, el sector turístico sigue insistiendo en que las cifras están lejos aún de los guarismos pre pandemia y que cualquier movimiento que pueda alterar el precio de los alojamientos resultará demoledor. Para el Turismo, en lo que Puig, Oltra y Podemos debían centrarse es en el gran caballo de batalla: la financiación autonómica. Además, consideraban que la tasa turística ponía en franca desventaja a los alojamientos reglados con respecto a los que no están. No sólo deben afrontar sus impuestos, sino competir con los que los eluden.

Pero los socialistas abrieron una puerta: tasa turística municipal y opcional. Es decir, voluntaria. Dirigida a los ayuntamientos que quieran imponerla. El argumento para sostener esta tesis por parte de la izquierda valenciana es que, en determinados municipios, el impacto del Turismo provoca un encarecimiento de los precios y, eso, alguien lo ha de compensar.

La situación actual camina en esa dirección: los socios del Botánico: PSOE, Compromís y Podemos no negocian el qué, sino el cómo y el cuándo. En principio, encajar la tasa en los presupuestos, ya presentados, guarda ciertas complicaciones, que podrían retrasar la aplicación a nivel legal. Pero en la medida de lo posible, no es descartable, sino al contrario. Si hallan un recoveco legal para añadirla, la tasa turística en la Comunidad Valenciana comenzará a funcionar en 2022 con esos dos requisitos: municipal y voluntaria. El formato que manejan es del una enmienda a la ley de acompañamiento de los presupuestos autonómicos. Por esa puerta, si legalmente lo consideran aceptable, la tasa turística llegará a la Comunidad Valenciana. El Partido Popular ya ha anunciado que adoptará todas medidas precisas para que la tasa turística no se ponga en funcionamiento. Tiene el apoyo del sector, que sigue expectante el desarrollo del procedimiento en las Cortes Valencianas.

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