Inteligencia artificial

Ver para creer: los científicos de EEUU ya están usando lA para prevenir epidemias como la malaria

Prevenir epidemias
Científicos usando un dispositivo con IA para prevenir mosquitos. Foto: ilustración propia.

La expansión de enfermedades infecciosas por causa de mosquitos no es un problema nuevo, pero la rapidez con la que se adaptan estos insectos a nuevos entornos y su capacidad para transmitir virus representa un desafío para las autoridades sanitarias. En este contexto, el uso de herramientas tecnológicas para prevenir epidemias adquiere cada vez más relevancia a nivel global.

En el caso de la malaria, por ejemplo, su transmisión depende directamente del comportamiento del Anopheles stephensi, una especie de mosquito se propagó en zonas urbanas de África. Frente a este fenómeno, investigadores estadounidenses están desarrollando sistemas basados en inteligencia artificial para anticiparse a los brotes y minimizar el impacto.

¿Cómo están empleando la IA para prevenir epidemias?

Un equipo de la Universidad del Sur de Florida, encabezado por el biólogo Ryan Carney y el ingeniero informático Sriram Chellappan, ha puesto en marcha un sistema de vigilancia inteligente que combina algoritmos de análisis visual con dispositivos de captura automatizada. El objetivo: rastrear, identificar y analizar la presencia del mosquito Anopheles stephensi.

El proyecto, ya publicado en la web oficial de la Universidad, incluye el desarrollo de trampas inteligentes equipadas con sensores que, una vez instalado el dispositivo, permiten capturar y clasificar de forma automática a los mosquitos según su morfología.

La inteligencia artificial juega un papel central, ya que permite distinguir las diferentes especies a partir de una simple imagen, reconociendo estructuras como el abdomen, las alas o el tórax.

Estos son algunos de los elementos clave del sistema:

  • Trampas inteligentes: diseñadas para funcionar de forma autónoma, identifican al mosquito sin intervención humana.
  • Plataforma participativa (mosquitodashboard.org): los ciudadanos pueden enviar fotografías tomadas desde sus móviles, que son procesadas en tiempo real.
  • Mapas interactivos: permiten visualizar la distribución de vectores peligrosos, lo que facilita decisiones sanitarias rápidas.

El foco de este proyecto: prevenir epidemias en zonas vulnerables

El despliegue de esta tecnología no es casual. África representa actualmente el 95% de las muertes por malaria a nivel mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

Por ello, el proyecto se enmarca en una iniciativa internacional financiada con 3,6 millones de dólares por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.

Esta inversión ha dado origen al proyecto EMERGENTS, centrado en establecer un centro de excelencia en África occidental para la investigación y control de la malaria. Este centro se está desarrollando con colaboración directa de instituciones de Nigeria y Camerún.

A continuación, se detallan cuáles son los objetivos estratégicos a cinco años:

  • Ampliar el número de especies analizadas por los algoritmos.
  • Mejorar la precisión del sistema de identificación.
  • Formar a nuevos científicos africanos especializados en enfermedades vectoriales.
  • Implementar un sistema de alerta temprana con bajo coste de fabricación (menos de 150 dólares por trampa).

El equipo destacó que una de las ventajas de esta estrategia es su capacidad de respuesta localizada. «Saber exactamente dónde están los mosquitos transmisores permite intervenir en ese punto y evitar que el brote se expanda», han declarado a Reuters.

La IA es una herramienta, no una única solución: así planean potenciarla

A pesar del papel cada vez más relevante de la IA, los expertos insisten en que no es una solución única. La lucha contra los brotes de malaria seguirá requiriendo medidas tradicionales. El entomólogo Tom Mascari, consultado por Reuters, ha subrayado: «Va a requerir más de una estrategia».

La IA, por tanto, se posiciona como una herramienta complementaria que mejora la eficiencia de los sistemas de control ya existentes, pero no reemplaza prácticas como el uso de mosquiteras, repelentes o la fumigación en zonas críticas.

Este enfoque mixto también se refleja en la implicación de múltiples actores en el desarrollo del proyecto. Entre los colaboradores internacionales destacan instituciones como la Universidad de Florida, la Africa CDC, el Centre Pasteur du Cameroun o la Universidad de Dschang en Camerún.

Aunque el foco principal del proyecto es África, los investigadores han advertido que las implicaciones de esta tecnología se extienden más allá.

En lugares como Florida, donde el clima y el flujo de viajeros favorecen la expansión de enfermedades transmitidas por mosquitos, los sistemas de vigilancia ciudadana ya se están preparando para detectar a tiempo posibles amenazas.

Como han señalado desde la Universidad del Sur de Florida, «Anopheles stephensi es un vector urbano muy eficiente. Su capacidad de adaptación lo convierte en un riesgo real para centros urbanos densamente poblados».

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