Sobre alimentos naturales y aditivos

Aunque hay quienes tratan de evitarlos, hay alimentos que, por muy naturales que sean, contienen compuestos químicos que se consideran aditivos. Los aditivos presentes en los alimentos son sustancias que cumplen con distintas funciones, entre ellas la de garantizar la seguridad y conservación del alimento, mejorar sus características organolépticas (sabor, color, textura…) y optimizar su elaboración. Cada aditivo perteneciente a la lista de aditivos autorizados, se denomina con la letra E, lo cual significa que ha sido evaluado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y que es seguro para la salud.

Los números E no son dañinos como se suele creer

Según la EFSA los aditivos son sustancias que, pese a que no se ingieren como alimentos, ni se consideran ingredientes, su adición a los alimentos cumple un propósito tecnológico. Todos los aditivos aprobados por la Unión Europea, son denominados por la letra E seguida de tres o cuatro números, los cuales sirven para indicar la categoría a la que pertenecen. En la actualidad existen 24 categorías, pero las más habituales son: antioxidantes, colorantes, conservantes y edulcorantes.

Esta codificación no quiere decir que se tratan de aditivos artificiales, puesto que algunos de ellos son de síntesis y otros de origen natural. Un buen ejemplo de ello es el código E-300, el cual designa al ácido ascórbico, es decir, la vitamina C, que suele utilizarse como antioxidante en los productos manufacturados. Por esta razón, un producto con números E en su etiquetado está lejos de ser dañino o perjudicial para la salud, en especial porque son sometidos a estrictos controles sanitarios.

Los aditivos también están presentes en alimentos naturales

La cereza, por ejemplo, a pesar de que estar exenta de etiquetado con información nutricional e ingredientes, posee además de nutrientes varios aditivos en su composición como, endurecedor (E460), potenciador del sabor (E620), colorantes (E160a, E161b, E161c), antioxidantes (E300, E307) y emulgente (E570), todos ellos pertenecen a la lista de aditivos autorizados.

Esto demuestra que, por muy natural que sea la cereza, también contiene “químicos” que la convierten en un alimento saludable. Por ello, no hay que preocuparse tanto por los aditivos que contenga, sino por el alimento en sí.

Ciertamente, si un alimento tiene muchos aditivos, posiblemente sea ultra procesado, pero más allá de ello, en lo que hay que fijarse es en el contenido de sal, grasas saturadas, azúcar, harinas refinadas… Estos indicadores sí ofrecen información necesaria para saber si se trata de un alimento poco saludable, cuyo consumo debe ser ocasional.

En resumen, los aditivos son compuestos químicos que están presentes incluso en los alimentos naturales, y su consumo, siempre y cuando sea aprobado por las autoridades sanitarias, no supone peligro alguno para la salud.

En la lista de ingredientes de los alimentos, figuran también los nombres de los aditivos alimentarios unidos a letra E. ¿Son acaso menos saludables?