El secreto científico de la Ouija

El secreto científico de la Ouija
El secreto científico de la Ouija

¿Podías imaginar que existiese ciencia detrás de la famosa tabla de la Ouija? Pues, aunque parezca sorprendente, sí, parece ser que existe algo lógico tras esta especie de juego esotérico, o así al menos se parece desprender de un nuevo estudio científico.

Por si no lo sabes, la Ouija es una especie de tablero con el abecedario al completo y números y que, supuestamente, sirve para comunicarse con el más allá, con personas que ya nos han dejado. De ahí que no sean pocos los que sienten verdadero miedo cuando practican esta especie de juego macabro que tiene realmente mucho de sugestión.

Pero pocos podíamos imaginar que hubiese algún tipo de principio científico detrás de esta práctica tan peculiar. Aunque parezca increíble, un grupo de científicos daneses de la Universidad de Aarhus se ha dedicado a investigar qué hay tras esto y han descubierto que es bastante aburrido y monótono lo que esconde esta práctica.

Siguiendo varias sesiones de Ouija, han llegado a la relativamente obvia conclusión de que quienes forman palabras al practicar este juego son los cerebros de los participantes, no fantasmas ni nada del más allá.

Para llegar a esta conclusión, han participado en el estudio un total de 40 personas, tanto creyentes como no creyentes. Al jugar con la tabla, llevaron dispositivos oculares para el seguimiento. Así encontraron que cuando dirigían la mirada hacia una letra, luego se desplazaban a otras tratando de predecir la palabra final en base a posibilidades. Esto se explica debido a la necesidad del cerebro humano de predecir, sumado a la pérdida del sentido de agencia.

La Ouija se basa en sencillos principios científicos

Es decir, que según los responsables del estudio, son los participantes los que, de forma inconsciente, predicen las respuestas a medida que avanza el juego.

Curiosamente, los participantes más creyentes en los poderes de este tablero para comunicarse con el más allá ejercían menos control sobre el puntero que marca las letras, pero sí se dejaban influenciar por el movimiento creando un efecto ideomotor, es decir, siguiendo movimientos involuntarios que, mezclados a la predicción, permitían que dicho puntero marcase palabras con sentido.

Es decir, lo cierto es que la Ouija es en verdad un engaño de nuestra propia mente. Es la colectividad de los participantes los que construyen las respuestas de forma inconsciente, así que, al creer que estamos recibiendo mensajes del más allá, lo cierto es que es nuestro cerebro el que envía realmente dichos mensajes.

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