Qué es la zona de habitabilidad
La zona de habitabilidad o zona habitable es la región alrededor de una estrella en la que se cree que los planetas podrían ser capaces de reunir las condiciones para tener agua líquida sobre su superficie de forma que pudiera dar lugar a la vida tal como la conocemos.
No obstante, las condiciones que se deben dar en el planeta para que sea habitable son muy específicas. Tendría que ser rocoso, con una masa entre 0,5 y 10 M y presión atmosférica por encima de 6,1 mbar.
Otros factores que influyen en la habitabilidad de un planeta son la excentricidad orbital, las propiedades atmosféricas, la rotación planetaria y las fuentes de calor adicionales más allá de la radiación estelar, como es el caso del calentamiento de marea.
Si miramos en Sistema Solar, observamos que no solo la Tierra se sitúa en la zona habitable. También lo hacen Venus y Marte, de hecho, según investigaciones, hace millones de años debieron tener condiciones aceptables para la vida, con océanos de agua, pero las perdieron por motivos que todavía se nos escapan, aunque existen teorías diversas al respecto.
Especificaciones de la zona de habitabilidad
El concepto de zona de habitabilidad fue esgrimido por primera vez por Willian Whewell en 1853. No obstante, no fue hasta 1953 cuando se comenzó a profundizar en la teoría de la mano de Hubertus Strughold y Harlow Shapley.
Desde entonces, se ha trabajado en el estudio de las zonas habitables de los sistemas solares, descubriendo que existen regiones dentro de la misma para establecer si se dan fenómenos como puntos de fusión, glaciación, concentración de gases de efecto invernadero, etc.
Es decir, que existen nuevos términos, como el confín interno, que es el área que comprende desde la parte más cercana a la estrella hasta su centro, que en el Sistema Solar iría desde Venus hasta la Tierra. Así pues, el centro sería la parte óptima, donde se ha adoptado el término de planeta superhabitable, ya que tendría condiciones extraordinarias. Por último, está el confín externo, el que va del centro a la zona más alejada, que en el Sistema Solar podría estar representada por el espacio de la Tierra hasta Marte, más frío y lejano.
La zona habitable de una estrella varía según el tamaño y magnitud de la misma. En las enanas rojas, del tipo M y K tardío, se sitúa muy cerca del astro. En las naranjas y amarillas, como nuestro Sol, de tipo K, G y F, se encuentran las condiciones óptimas por lo que sabemos hoy día. Sin embargo, las más masivas, como las de tipo A, B y O parece complejo pues, aunque tienen zonas de habitabilidad muy amplias, provocan fuertes vientos estelares y lanzan demasiada radiación ultravioleta, por lo que es difícil incluso que puedan existir planetas que las orbiten.
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