Homeopatía: en qué consiste y por qué no es ciencia
Conoce qué es la homeopatía, cuáles son sus principios básicos y por qué la comunidad científica la considera una pseudociencia.
¿Qué dice la ciencia de la homeopatía?
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La homeopatía es un sistema terapéutico alternativo nacido en el siglo XVIII. Actualmente tiene más de 300 millones de usuarios en el mundo y presencia en más de 80 países. Sin embargo, el consenso científico la clasifica firmemente como pseudociencia.
Principios básicos de la homeopatía
La homeopatía es una disciplina que se basa en una doctrina vitalista. Su eje central es la ley de similitud o “similia similibus curentur”.
Plantea que una sustancia que provoca síntomas en una persona sana puede curar síntomas similares en alguien enfermo, administrada en dosis mínimas. Esto contrasta con la alopatía convencional, que trata con los opuestos. Por ejemplo, para la fiebre se emplean antipiréticos.
Otro principio clave es el de los infinitesimales. Este señala que cuanto más diluida esté una sustancia, mayor es su potencia. Esta idea desafía la química tradicional, ya que las diluciones extremas dejan cero moléculas activas.
Adicionalmente, la homeopatía enfatiza la individualidad. Cada paciente recibe un remedio único basado en su “cuadro sintomático” total, que incluye los aspectos físico, emocional y mental, y no solo la patología como tal.
Métodos de preparación de los remedios
La preparación homeopática es un ritual preciso que transforma sustancias naturales, como plantas, minerales o animales, en “remedios” dinámicos. Comienza con la tintura madre, que es una maceración de la materia prima en alcohol o agua.
Después sigue la dilución y succusión, que son procesos repetidos para “potenciar” el remedio. En la escala centesimal Hahnemanniana (CH), se toma 1 parte de tintura en 99 partes de solvente, se agita vigorosamente (succusión) de 10 a100 veces contra un elástico.
Se dice que la succusión “imprime” información en el agua o el alcohol. Este es un eco de la “memoria del agua” propuesta por Jacques Benveniste en 1988, pero desmentida porque fue imposible replicar sus hallazgos. Desde la óptica científica, estos remedios equivalen a agua o azúcar, sin trazas químicas.
Estudios científicos y evidencia
La evidencia disponible señala que la homeopatía es un placebo. Se han hecho meta-análisis exhaustivos, como el de Shang et al. (2005) en The Lancet. Allí se analizaron 110 ensayos y concluyeron que no hay diferencia significativa entre la homeopatía y el placebo.
En 2024 y 2025 se hizo una revisión en Complementary Therapies in Medicine. Esta mostró que de 180 casos revisados, solo el 10% mostraba beneficios. La Australian National Health and Medical Research Council (2015, reafirmado en 2023) evaluó 225 estudios y halló “ninguna evidencia confiable” de eficacia más allá de placebo, para ninguna condición.
Un estudio de 2024 en Advances in Integrative Medicine reportó mejoras en los síntomas respiratorios agudos, pero se estima que no tuvo controles rigurosos. El consenso global de la OMS, FDA y EMA la declaró ineficaz.
Riesgos y consideraciones médicas
Aunque los remedios homeopáticos no presentan toxicidad química, generan riesgos porque sustituyen tratamientos ya probados. El retraso en los diagnósticos o en la aplicación de terapias convencionales puede ser fatal.
Hay casos documentados que incluyen muertes por malaria no tratada en África o sepsis infantil en Estados Unidos, donde algunos padres optaron por la homeopatía. La OMS advierte contra su uso en tuberculosis o VIH, donde las diluciones fallan y pueden agravar la condición.
Los estudios Cochrane (2022) señalan que sus beneficios son nulos en las infecciones respiratorias y que hay riesgos de complicaciones si se abandonan los antibióticos.
Debate entre homeopatía y medicina convencional
El choque entre homeopatía y alopatía refleja visiones opuestas de la salud: holística vs. reduccionista. Los defensores señalan que la homeopatía trata las causas de fondo de una enfermedad, con mínima invasión y efectos secundarios nulos.
Citan encuestas donde 70% de los pacientes reportan mejoras subjetivas. Lo atribuyen a la “información cuántica” presente en las diluciones y destacan. Consideran que esto es una evidencia de su eficacia.
El punto clave está en la falsabilidad. La homeopatía evade la refutación mientras que la ciencia no. Actualmente se sugiere como complemento solo si no sustituye la medicina convencional.
El panorama actual
En países como India, Francia o México, la homeopatía forma parte de la vida cotidiana de millones de personas. No es raro encontrar sus productos en farmacias, junto a medicamentos convencionales, lo que da cierta sensación de legitimidad. Además, hay médicos que la recomiendan como complemento, mientras otros la rechazan tajantemente, al considerar que no pasa las pruebas de la ciencia moderna.
El gran punto de choque es la eficacia real. Los estudios más rigurosos apuntan a que los remedios homeopáticos no funcionan más allá del efecto placebo. Las diluciones son tan extremas que, en la mayoría de los casos, es prácticamente imposible que quede una sola molécula de la sustancia original. Eso hace que buena parte de la comunidad científica vea la homeopatía más como una creencia o una práctica cultural que como una terapia efectiva.
En cuanto a las instituciones, las posturas varían. Mientras en lugares como Reino Unido o España se ha reducido su presencia en la sanidad pública, en países como India está plenamente integrada y respaldada por el Estado.
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