Valores que se pueden enseñar a los niños a través de los cuentos tradicionales

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Valores que se pueden enseñar a los niños a través de los cuentos tradicionales

Los cuentos tradicionales se han convertido en parte fundamental de la infancia de generaciones y generaciones de niños. Y es que les han ayudado a disfrutar de la literatura, les han servido para aprender a leer, les han hecho dejar volar la imaginación e incluso les han sido de utilidad para ampliar su vocabulario. Pero tampoco hay que pasar por alto que esas obras son una estupenda manera de conseguir que los niños aprendan valores.

Sigue leyendo y conocerás qué enseñanzas de ese tipo les dan a los más pequeños:

El trabajo en equipo

Uno de los valores más importantes que se pueden inculcar a los niños y que les servirán tanto para su presente como para su futuro es el trabajo en equipo. Y es que deben saber que la colaboración y la unidad son dos esenciales baluartes para poder alcanzar numerosas metas que se tengan y que van en beneficios de todos.

Entre los cuentos tradicionales que se pueden utilizar para transmitir esta enseñanza se encuentra, por ejemplo, “Hansel y Gretel”. En el año 1812 fue cuando se publicó esta obra de los hermanos Grimm que gira en torno a unos hermanos, los que dan título a la misma, que son atrapados por una bruja que pretende comérselos. Sin embargo, el plan que desarrollan juntos les sirve para zafarse de tan pérfida mujer y para escapar y regresar a su hogar.

La tolerancia

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El patito feo

Sin duda alguna, si hay algo que debe enseñarse a los pequeños desde temprana edad es la importancia de ser personas tolerantes. Y es que en una sociedad como la nuestra donde hay variedad cultural, de orientación sexual, de razas o de religión, por ejemplo, hay que saber ser respetuosos con todos. Eso beneficiará no solo la convivencia sino que les enriquecerá personal y culturalmente hablando.

Varios son los cuentos tradicionales que se pueden utilizar para inculcarles dicho valor. No obstante, entre los más significativos se encuentran algunos como el siguiente:

El patito feo” (1843). Hans Christian Andersen es el autor de esta narración que viene a contar como un cisne que se cría junto a una familia de patos se siente rechazado por estos porque tiene un aspecto diferente. Tiene que asumir burlas y risas siempre a sus espaldas hasta que crece y se convierte en un hermoso cisne.

La sinceridad

La mentira no sirve para nada. Siempre hay que ir con la sinceridad por delante. Y eso es lo que puedes enseñar a tus hijos con el cuento tradicional de “Las aventuras de Pinocho”. Esta obra, publicada en 1882, fue escrita por el italiano Carlo Collodi y gira en torno a una marioneta de madera que cobra vida gracias al trabajo del artesano Gepetto. Se verá envuelto en multitud de aventuras y, en más de una ocasión, correrá serio peligro debido a las mentiras que no dudará en decir.

De esta manera, los pequeños al conocer todos los problemas a los que se enfrenta Pinocho por sus mentiras aprenderán que no hay que mentir.

El esfuerzo

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La cigarra y la hormiga

Por supuesto, otro valor que es esencial que inculques a tus hijos porque les servirá a lo largo de toda su vida es el esfuerzo. Sí, desde temprana edad deben aprender que para alcanzar las metas y los objetivos en la vida hay que trabajar, no quedarse de brazos esperando que la suerte llame a la puerta.

Entre las obras que ayudarán a los pequeños a aprender esa enseñanza se halla, por ejemplo, la obra de “La cigarra y la hormiga”, realizada por Esopo y que nos ha llegado a través de las adaptaciones de Jean de La Fontaine y Félix María Samaniego. Como sabrás, cuenta que la cigarra se pasa el tiempo divirtiéndose y sin trabajar mientras que la hormiga se esfuerza día a día por ir almacenando alimento para cuando llegue el mal tiempo. Cuando este aparezca lo que sucederá es que una se verá sin nada con lo que sobrevivir mientras que la otra tiene todo lo necesario para no verse perjudicada.

De la misma manera, también puede servir para inculcar este valor la fábula “La liebre y la tortuga”, que tiene la misma autoría que la anterior. En este caso, cuenta que esos dos animales hacen frente a una carrera. La primera considera que es mucho más rápida que su competidora, por lo que no duda en detenerse durante el trayecto e incluso se para a dormir. Todo mientras la segunda, paso a paso, afronta el camino y eso hace que llegue a ganar.

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