¿Te vas de vacaciones con tus hijos? Prepárate para lo que te espera

¿Te vas de vacaciones con tus hijos? Prepárate para lo que te espera
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Contando los días. Así es como te encuentras ahora, pues está deseosa de comenzar por fin tus vacaciones de verano. Unas vacaciones que van a ser muy especiales porque, por primera vez, las vas a disfrutar junto a tus pequeños. Y eso está claro que las va a hacer inolvidables. Sin embargo, es importante que no sólo te dejes llevar por la euforia y que tengas claro que hay determinados aspectos en los que quizás no has pensado y pueden resultar un verdadero incordio.

A continuación, para que puedas poseer “los pies en el suelo” al respecto, te vamos a dar a conocer los aspectos que pueden ser un auténtico suplicio si no los has tenido en consideración de antemano:

1-Equipaje para los pequeños que duplica al de los adultos

Si siempre que sales de paseo a dar una vuelta con tus hijos tienes que llevar contigo un sinfín de artículos (pañales, biberones, chupetes, ropa limpia, agua, juguetes…), imagínate lo que supone marcharse varios días fuera de casa. Ten por seguro que cada uno de tus pequeños necesitará casi el doble de equipaje que el tuyo. Por eso, lo mejor que puedes hacer es empezar a preparar una lista con todo lo imprescindible que hay que llevar de cada niño, así no te estresarás llegado el momento ni tampoco te dejarás nada que sea importante.

2-El viaje puede ser muy largo si no estás preparada

Tanto si vais a viajar en coche como en tren, autobús o avión, ten presente que si no vas preparada para afrontar el mismo ese se puede convertir en largo no, larguísimo. Ten en cuenta que los niños se pueden cansar con facilidad, que necesitan hacer cosas para no aburrirse y que pueden notar rápidamente el cansancio. Por eso es imprescindible que lleves contigo elementos que ayuden a que puedan ir entretenidos, que así el viaje se les pase rápido y que no sufran pataletas que acaben volviendo loco a todo el mundo. En concreto, estos son algunos consejos de utilidad:

  • Llevar siempre a mano agua y bebida, para que puedan ir saciando su hambre periódicamente, así como el chupete si es pequeño.

  • Si viajáis en vuestro coche, no dudes en, además de lo expuesto, preparaos con tablets o con música que les gusta. Así, podrán ir mucho más divertidos.

  • En el caso de que vayáis en tren, no sólo podréis recurrir al uso de tabletas o consolas sino también a cuentos e incluso a libros y lápices para que vayan pintando, a juegos de mesa imantados, a puzzles…

  • Si el desplazamiento lo hacéis en avión, llevar todo lo expuesto en los puntos anteriores y tened en consideración que los oídos de tus pequeños les pueden causar molestias que les hagan llorar y que puedan llegar a enfadar a los viajeros menos comprensibles. Por este motivo, pensad de qué manera podréis calmar a los niños.

3-Preparar el día de playa como si se fuera a una expedición al Amazonas

Otra de las cosas en las que quizás no hayas pensado o de la que no te hayan hablado es que ir a la playa con tus hijos se puede convertir en una auténtica odisea. ¿Por qué? Porque tendrás que acudir cargada a la misma, vamos como si estuvieras organizando una expedición. Y es que, además de sus bañadores y ropa, hay que cargar con estos otros enseres para los niños: gorras y gafas de sol, toallas, cremas bronceadoras, comida y bebida, sombrilla, pelotas, nevera, pala y rastrillo…Todo eso sin pasar por alto que también deberéis llevar los artículos de los mayores.

4-¿Relajarse en la playa? Complicado…

Cuando piensas en las vacaciones y en estar en la playa seguro que te viene a la mente el poder descansar, tumbarte en la arena, broncearte y, de vez en cuando, darte un baño para luego escuchar un poco de música o leer un libro. Eso es lo ideal, pero ¿crees que podrás hacer todo eso con tus hijos al lado? Sinceramente, es complicado.

Si vais varios adultos podéis turnaros para estar pendientes de los niños y así quizás ese sueño de relajación puedas hacerlo realidad. Sin embargo, ten presente que siempre puedes estar descansando en la orilla y que tu pequeño te reclame para que juegues o para que veas como hace un castillo de arena.

No obstante, sé consciente de que lo más seguro es que no puedas encontrar esa “paz” que buscas. Y es que tienes que estar pendiente de echarles la crema de protección solar, de evitar que se quiten el gorro, de que no se metan en el agua solos, de que no se alejen de donde estáis, de que no se enfaden por echarse arena unos a otros, de que no molesten con la pelota a las personas de vuestro alrededor, de que beban frecuentemente agua para que no se deshidraten…

Ahora, teniendo en cuenta todo esto. Toma aire, ten claro a la “misión” a la que te enfrentes y llévala a cabo de la mejor manera. Vívela pues, a pesar de todo lo expuesto, compartir tiempo con los hijos no tiene precio.

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