¿Qué causa la pérdida de peso del bebé después del nacimiento?

Una vez ha nacido el bebé, una de las primeras cosas que nos dicen es el peso que ha tenido, o de hecho, la madre o el padre se encargan de saber cuánto ha pesado su recién nacido. Sin embargo, no todo el mundo sabe que ese peso con el que nace el bebé dura poco ya que durante los primeros días tras el nacimiento llega la pérdida de peso fisiológica. Aclaremos las razones por las que esto sucede, cuánto peso es normal perder, qué causa la pérdida de peso del bebé, las implicaciones para la lactancia y qué hacer ante esta situación.

Qué causa la pérdida de peso del bebé

Durante los primeros días de vida, casi todos los recién nacidos pierden algo de peso. Dada la altísima frecuencia del fenómeno, se dice que esta pérdida de peso es “fisiológica”, es decir, normal, compartida por todos. Pero ¿a qué se debe?

El recién nacido debe adaptarse a un mundo completamente diferente al que había vivido hasta ese momento, pasando del medio líquido intrauterino, en el que sus necesidades eran satisfechas sin necesidad de demanda, a un mundo gaseoso, más frío y con una temperatura inconstante, donde tiene que respirar y conseguir comida. Todos sus órganos ahora están comenzando a funcionar de manera independiente. El niño, por tanto, inmediatamente comienza a perder líquidos a través de la eliminación de heces y orina y a través de la respiración; también consume calorías: llorar, calentarse, alimentarse. Su estómago, sin embargo, es todavía demasiado pequeño para tomar grandes cantidades de leche, por lo que los «ingresos» no pueden compensar las «salidas» (a pesar de que el recién nacido tiene disponible el calostro materno, una sustancia rica en nutrientes en un pequeño volumen).

¿Cuánto peso se pierde normalmente?

El resultado es una pérdida de peso fisiológica y transitoria, que suele definirse como tal cuando se sitúa en torno al 5-7% del peso al nacer , pero en la práctica solemos considerar normal una disminución de hasta el 10% del peso inicial. Esto significa que no existe un valor absoluto de peso que se pueda perder, sino que la disminución debe evaluarse en relación con el peso al nacer. Pongamos un ejemplo: un bebé de 2,8 kg puede perder hasta 280 g, mientras que un bebé de 4,5 kg puede perder hasta 450 g. La pérdida suele ocurrir en los primeros 3-5 días, luego el bebé comienza a recuperarse y alrededor del día 15-20 de vida vuelve al peso que tenía cuando nació.

Deterioro excesivo y lactancia

La evolución del peso neonatal durante los primeros días de vida se considera a menudo como un indicador de la adecuación y eficacia de la lactancia materna. Si la pérdida de peso supera el 10% se considera patológica y en este caso la principal preocupación de pediatras y neonatólogos es evitar el riesgo de deshidratación. En muchos hospitales, se responde a la pérdida excesiva de peso mediante la administración de un biberón de fórmula artificial, y la suplementación generalmente se mantiene o incluso se aumenta al momento del alta. Sin embargo, como se ha demostrado desde hace un tiempo, este abordaje tiene limitaciones, ya que conduce a una disminución de la producción de leche y, si no se toman medidas, puede provocar una interrupción temprana de la lactancia materna.

En cambio, es crucial entender qué llevó a ese niño a perder más peso de lo normal. Muy a menudo se trata de un error «fundamental». El peso al nacer, de hecho, puede verse afectado por numerosos factores externos como por ejemplo, la falta de contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento, el retraso de la primera toma, el alojamiento compartido … son todos elementos que pueden afectar negativamente al peso inicial o al descenso posterior.

Afortunadamente , es raro que la pérdida excesiva de peso se deba a una enfermedad o infección en el bebé, la madre o ambos . En general, se puede atribuir a un comienzo difícil de la lactancia materna, como resultado de lo cual la transferencia de leche del pecho al bebé es inadecuada (puede suceder, por ejemplo, si el bebé no se prende bien, toma pocas tomas  o estas son cortas).

Si el recién nacido tiene una pérdida de peso de entre el 8 y el 10% o más, es fundamental que primero sea examinado para descartar una enfermedad, lo que requeriría más estudios e intervenciones específicas; luego se observará una alimentación, para detectar cualquier dificultad a superar.