¿Pueden los niños ver películas de terror?
Tener en cuenta la edad del niño o niña, sus experiencias, su actitud frente al miedo e incluso la nuestra nos puede servir para saber si nuestros niños pueden ver películas de terror.
Ahora que Halloween se encuentra a la vuelta de la esquina, puede que tus hijos te estén pidiendo con ganas ver una película de terror el próximo 31 de octubre. A los niños en general les gusta Halloween y esa sensación de terror que transmite la fiesta, pero en el caso de ponernos a ver una película de miedo con ellos ¿van a ser capaces de aguantar? ¿Pueden los niños ver películas de terror?
¿Pueden los niños ver películas de terror?
Todos hemos tenido alguna experiencia de pequeños con el cine de terror. Tal vez cuando éramos niños acabamos viendo alguna película de miedo que nuestros padres habían puesto, o en casa de algún amigo o amiga nos pusieron una película que nos puso los pelos de punta. Dependiendo de la edad que tuviéramos en aquel momento y también de la película, quizás incluso tuvimos un pequeño trauma o todavía recordamos cómo nos asustamos, de modo que puedes pensar en tu propia experiencia para saber si tus hijos están listos para ver su primera película de terror.
Elegir bien la película de terror
Películas como Los Goonies, Gremlins o Pesadilla Antes de Navidad tienen algo de terror en sus tramas o personajes pero son adecuadas para que las vean los niños, de modo que en un principio podemos decir que los niños pueden ver películas de terror siempre y cuando estas estén indicadas para su edad.
En España tenemos la calificación por edades regida por el Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, de modo que bastará con ver qué calificación tiene la película elegida por los niños este Halloween para explicarles que tal vez no es adecuada para su edad. Piensa que ya no es solo cuestión de que miedo o les provoque terror. Algunas películas de este género pueden llegar a ser demasiado violentas y sangrientas y si el niño es muy pequeño, es posible que no entienda nada y se asuste hasta tal punto de acabar traumatizado.
El nivel de resiliencia de los niños
Puede que al pedirnos ver una película de miedo, pensemos que el niño o niña va a pasar una mala experiencia, pero esta puede ser nuestra oportunidad para que el niño/a sienta miedo y navegar a través de esa emoción en un entorno relativamente controlado. También les permitirá practicar la empatía y la toma de perspectiva. Cuando los niños son testigos de cómo los personajes de ficción se enfrentan a situaciones aterradoras, pueden aprender a cultivar su propia actitud de supervivencia.
El nivel de miedo de los niños
Por otro lado, siempre será recomendable tener en cuenta el nivel de miedo de los niños para considerar si está preparado o no para ver una película de miedo. Si tu hijo o hija es de los que se asusta fácilmente, tiene miedo a la oscuridad o sufre de terrores nocturnos cada vez que se acuesta quizás no es del todo conveniente que vea una película de terror, que podría hacer que su imaginación se dispare hasta el punto de no saber cómo dormirse o cómo descansar en días posteriores a haber visto la película.
Cabe añadir, que aunque en realidad no exista una edad absoluta en la que las películas de terror sean apropiadas, es mejor no presentarlas a niños muy pequeños debido al potencial de generar ansiedad a largo plazo. Alrededor de los 4 años, los niños están descubriendo cómo manejar los miedos que se desarrollan naturalmente en la niñez, y agregar películas de terror a eso podría ser abrumador.
Compartamos la experiencia y demos ejemplo
En el caso de haber decidido que tu hijo o hija vea la película de miedo, no será bueno dejar que lo haga solo. Podemos preparar unas palomitas, dejar algún luz encendida y crear una ambiente que no sea tenebroso para que el niño o niña no sienta más miedo del necesario.
Además nosotros mismos debemos tener una actitud tranquila y relajada e incluso reírnos cuando aparezca el monstruo en la película o alguien muere, para que el niño entienda que no es real y que no debe preocuparse. Si en cambio vemos la película con nervios, tapándonos la cara cada dos por tres, el niño o niña sentirá que tenemos miedo y él o ella acabará sintiendo lo mismo.