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Psicomotricidad infantil: ¿para qué sirve?

La psicomotricidad es una disciplina que tiene como objetivo potenciar el desarrollo del niño

La psicomotricidad en los niños y los mejores ejercicios

Causas y soluciones del retraso psicomotor en niños

psicomotricidad infantil
Qué es y cómo se aplica la psicomotricidad en los niños
Blanca Espada

Psicomotricidad infantil: ¿para qué sirve? La psicomotricidad es una disciplina que se puede realizar en casa, en la escuela o en estructuras especiales, que atañe al campo socioeducativo. El principio subyacente no es tanto el de la actividad deportiva en sentido estricto, sino el de un acercamiento global al bienestar del niño a través de una serie de ejercicios que aúnan la dimensión lúdica, el intercambio y la interacción. No se trata, por tanto, de una intervención clínico-sanitaria, sino de una intervención psicomotriz apta para todos los niños y especialmente recomendada en el caso de niños con retraso cognitivo, déficit de atención, baja autoconfianza.

Para quién se recomienda la psicomotricidad infantil

La psicomotricidad se puede ofrecer a cualquier niño y suele formar parte de la oferta educativa de algunas escuelas infantiles y jardines de infancia. La idea, de hecho, es promover el crecimiento y desarrollo armonioso del niño a través de la integración de diferentes funciones: motora, emocional, intelectual y social. Se invita a los más pequeños, acompañados de un monitor, a que lleven a cabo sencillos ejercicios con o sin herramientas ya interactuar entre ellos mejorando también las habilidades relacionales.

Sirve para fortalecer autoestima y autoconfianza

El enfoque psicomotor fortalece los procesos de identificación, socialización y creatividad y ayuda al niño a expresar sus emociones identificando en el cuerpo y el movimiento una herramienta de mediación con su entorno. De esta forma, se activan los recursos específicos de cada niño a través de experiencias emocionales y relacionales positivas en un contexto de prevención y no de terapia. La actividad motriz se convierte, por tanto, en educación y en descubrimiento de las propias potencialidades.

En el caso de niños con déficit en algunas funciones como la atención, la coordinación, la comunicación o el aprendizaje específico, la intervención debe ser realizada por un técnico rehabilitador que tenga habilidades específicas en relación a las funciones comprometidas o aún no emergidas. Esta figura profesional trabaja en sinergia con un equipo multidisciplinar que incluye a otros clínicos como médicos o psicólogos.

La psicomotricidad como terapia

En patologías más complejas como el autismo, el retraso mental o las patologías neuromotoras, el abordaje neuropsicomotor debe interactuar con otras intervenciones específicas relacionadas con los diferentes contextos de la vida del niño realizadas por otras figuras profesionales como maestros de apoyo, educadores, trabajadores sociales y psicólogos, con el fin de promover la emocionalidad, la socialización, la integración escolar, la autonomía en la vida diaria.

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