La maniobra de Hamilton en la recta final del embarazo
Numerosos son los términos que hay que conocer cuando se está embarazada, ya que es la manera de saber a que hay que hacerle frente a cada etapa de la gestación. Precisamente en la última es cuando se puede producir lo que se ha dado en llamar maniobra de Hamilton.
Básicamente se acomete para conseguir que el parto dé comienzo. No obstante, no se lleva a cabo en todos los casos.
Sigue leyendo y descubrirás toda la información que merece la pena que sepas de la citada.
¿Qué es y en qué consiste?
La maniobra de Hamilton es una técnica que utilizan los ginecólogos cuando consideran que hay que desencadenar el parto en las mujeres que están o han superado la semana 39 de gestación.
Básicamente consiste en que el doctor proceda a realizar un tacto vaginal pasando lo que es el dedo índice por el canal hasta poder tocar la bolsa de líquido amniótico. El objetivo de esa acción es poder despegar la parte inferior de dicha bolsa con respecto al útero.
Al acometer esa acción, por regla general, lo que sucede es que se liberan las prostaglandinas. Estas son las hormonas que provocan contracciones y que traen consigo que, en un plazo de no más de 24-48 horas, se inicie el parto.
¿Cuándo debe llevarse a cabo?
Como hemos mencionado al principio, no en todos los casos hay que optar por la maniobra de Hamilton. En concreto, se establece que cuando debe llevarse a cabo es cuando el médico considera que hay motivos de salud para realizarse.
Eso sí, para poder acometerla se tienen que dar las siguientes circunstancias:
- El conducto cervical debe encontrarse blando.
- Lo que es la bolsa del líquido amniótico tiene que estar íntegra.
- Antes de llevarla a cabo, el profesional médico debe explicarle a la gestante porque la considera imprescindible y, por supuesto, debe pedirle permiso verbal. En este caso, hay que saber que la mujer puede negarse a que se le realice, en cuyo caso su doctor deberá respetar su decisión.
Aspectos a favor y en contra de la maniobra de Hamilton
En los últimos años, ha surgido una gran polémica en torno a esta técnica. Y es que han surgido voces de muchas mujeres que han manifestado que se las han realizado sin su consentimiento. Pero no solo eso, también están las que exponen que se las han llevado a cabo no por ninguna cuestión concreta sino simplemente para agilizar el parto, en pro de la “comodidad” de los sanitarios.
Sea como sea, han surgido numerosos defensores y detractores de la citada maniobra. Veamos qué argumentos usan unos y otros.
A favor
Con respecto a quienes la defienden podemos destacar estas afirmaciones:
- Establecen que es una medida necesaria en determinados momentos del embarazo, especialmente en pro de la integridad de la embarazada y de su bebé.
- No es una técnica invasiva y resulta menos “dañida” que otros métodos de inducción que existen.
- Se lleva a cabo de manera ambulatoria.
- Aunque se puede pensar lo contrario, quienes la defienden exponen que no supone ningún tipo de riesgo de infección.
En contra
Por el contrario, quienes la rechazan vienen a hacerlo sustentándose en estos otros argumentos:
- Puede generar molestias y dolores contundentes, especialmente en el caso de las primerizas.
- Trae consigo sangrado.
- Genera contracciones que pueden resultar excesivamente dolorosas.
- Se corre el riesgo de romper la bolsa de líquido amniótico y, por tanto, el peligro enorme de que este vaya perdiéndose.
Consecuencias adversas todas estas que, de producirse, requerirán acudir de manera inmediata al hospital.
Otros datos de interés
Además de todo lo indicado, tenemos que subrayar otra serie importante de datos sobre la maniobra de Hamilton, entre los que están los siguientes:
- Aunque lo habitual es que la mujer se ponga de parto en las 24 horas siguientes, hay casos en los que eso no sucede.
- Según la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia), es un método de inducción mecánico.
- Su origen se encuentra en el siglo XIX. Y es que, a principios de este, fue cuando Hamilton la vino a describir como una manera de iniciar de manera espontánea el parto.
- También se da en llamar despegamiento de las membranas amnióticas (DM).
- Se considera que este método o maniobra sería la acción previa, en los casos que sí es necesario, a la utilización de los llamados métodos de inducción farmacológicos. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, a la utilización del goteo de oxitocina o a las llamadas prostaglandinas vaginales.