Curiosidades sobre el parto en el agua
Cada vez es mayor el número de mujeres embarazadas que toma la decisión de parir en el agua. Y es que, entre otras muchas cosas, se considera que esta manera de dar a luz no sólo es menos dolorosa para la madre sino que además contribuye a que la llegada al mundo sea más llevadera para el pequeño.
No obstante, aún ese método es bastante desconocido. Por eso, desde BabyAffinity queremos resaltar algunas curiosidades del mismo:
- Desde tiempos antiquísimos, se ha producido este tipo de alumbramiento. No obstante, el primero de la Modernidad tuvo lugar en Francia en el año 1803.
- El agua, en el que el peso de la mujer es menor, permite que ella pueda moverse con mayor libertad y menor dificultad.
- Este tipo de parto reduce de manera considerable las posibilidades de que tenga que llevarse a cabo una episiotomía, la necesidad de realizar una incisión en el perineo para facilitar la salida del pequeño. Eso es debido a que en el agua se facilita y acelera la dilatación.
- Cualquier mujer que tome la decisión de parir mediante este método debe ser consciente de que no podrá pasar más de dos horas seguidas en la bañera. ¿Por qué? Porque se cansará y no se le facilitará el parto.
- Una vez que tiene contracciones y está dilatando correctamente, la embarazada debe meterse en el agua, donde no sólo se relajará sino que además encontrará el medio adecuado para disminuir el tiempo del parto.
- Igualmente es curioso resaltar que el agua templada en el que la mujer se meterá para dar a luz, facilita de manera notable la producción y el flujo de la leche que utilizará para amamantar a su recién nacido.
- En muchas ocasiones, este tipo de parto contribuye a que en el alumbramiento se produzca una menor pérdida de sangre.
- Se puede llevar a cabo tanto en una piscina como en una bañera.
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