Cómo enseñar gratitud a los niños
Varios estudios han relacionado cómo enseñar gratitud a los niños desde pequeños les permite convertirse en adultos felices y optimistas.
Los niños deben aprender desde pequeños a ser agradecidos. Algo en lo que debe participar todo el núcleo familiar y que les servirá para entender que no hay que dar nada por sentado y también para poder crecer en un ambiente en el que se van a sentir más felices. Veamos entonces a continuación, cómo enseñar gratitud a los niños.
Cómo enseñar gratitud a los niños
Varios estudios han revelado en los últimos años, la correlación entre gratitud y felicidad: a partir de los 5 años, los niños que experimentan sentimientos de gratitud tienen mayores posibilidades, como adultos, de ser más felices, optimistas y pacientes.
Felicidad y gratitud: porque están relacionados
Un estudio de 2019 publicado en el Journal of Happiness Studies destacó la correlación entre la felicidad en los niños y la gratitud: según esta investigación, inculcar este sentimiento ya en los niños de 5 años en adelante favorecería un crecimiento más sereno y feliz. La escuela y los entornos sociales en los que se encuentran inmersos, así como su familia, también contribuyen a construir un futuro de estabilidad, como señalaron algunos psicólogos canadienses en el estudio Promoting Happiness and Life Satisfaction in School Children .
Pero los estudios que se centran en el poder del «gracias» no terminan aquí: durante la etapa preescolar y en la guardería, es donde los niños comienzan a comprender sus influencias positivas en las relaciones y el bienestar personal, pero estos beneficios aumentan con la edad. Un estudio de 2008 publicado en el Journal of School Psychology destacó cómo la gratitud aplicada entre los 11 y los 13 años sienta las bases de un adulto más consciente, optimista y socialmente activo. Y es una vez más el entorno escolar y no solo el familiar el que juega un papel crucial en este proceso. Entre los 14 y los 19 años esta propensión adquirida en la infancia se convierte en una atención a la comunidad a la que se pertenece, en un mayor compromiso escolar y extraescolar y en una disminución de sentimientos negativos como la envidia o el materialismo.
Los sentimientos relacionados con la gratitud no se refieren solo a la felicidad, sino también a la satisfacción personal. Y la esperanza de triunfar en un negocio, así como la capacidad de perdonar, la paciencia y hasta el autocontrol. La investigación Gratitude predicts hope and happiness publicada en la Revista de Psicología Positiva también ha demostrado que incluso el recuerdo de este sentimiento, por ejemplo de un episodio en el que uno estuvo agradecido en el pasado o de niño, sigue teniendo influencias positivas en la vida adulta.
Que es la gratitud
A la hora de hablar de gratitud y entender qué es exactamente, tenemos que mencionar estos cuatro conceptos:
- Reconocimiento
- Pensamiento
- Sensación
- Acción
El reconocimiento implica identificar gestos, palabras y momentos por los que agradecer, mientras que el pensamiento nos lleva a reflexionar sobre aquello por lo que nos sentimos agradecidos. La parte emocional de la gratitud se refleja en la forma en que lo procesamos todo: cómo nos hace sentir, qué transforma ese agradecimiento dentro de nosotros. Y finalmente la acción nos empuja a responder a los tres primeros componentes de forma activa.
En los niños todo este proceso debe inducirse, porque es menos reconocible. Sobre todo, el primer paso, el del reconocimiento, es un punto de partida que los padres deben iniciar gracias al estímulo.
Enseñar gratitud a los niños: pequeños ejercicios diarios
Si bien puede parecer exagerado al principio, hacer que los niños le den las gracias a sus hermanos, amigos y parientes es una forma de hacerles notar que han participado en una acción positiva. Un detalle que muchas veces se les escapa a los más pequeños pero que los adultos pueden resaltar con frases positivas. También ayuda en los casos en que las relaciones entre hermanos y hermanas no son idílicas y tienden a entrar en conflicto.
Ya sea un «gracias» en respuesta a una acción amable o un regalo, lo importante en los niños en edad preescolar es señalar lo que está sucediendo. No hay que darse por vencido, por mucho que la expresión de agradecimiento al principio puede parecer poco espontánea.
Podemos entonces aplicar los siguientes ejercicios
- El ejercicio «Gracias» en papel: Si el niño tiene barreras para pronunciar en voz alta palabras relacionadas con la esfera de la bondad , una forma efectiva de romperlas es usar la escritura: convertir ese agradecimiento en un juego, un dibujo, una nota personalizada hace que ese gesto sea menos oficial y por tanto, más espontáneo.
- Siempre ten en cuenta sus frases de gratitud: Decir frases como «Me gustó mucho cómo dijiste gracias a tu amiguita» resalta delicadamente el gesto. También genera sentimientos como el orgullo propio y la satisfacción que son importantes para criar a un niño feliz.
- Haz las preguntas adecuadas para «descubrir» la gratitud: Son las preguntas acertadas que hacen los padres las que desencadenan el reconocimiento, la reflexión y las emociones relacionadas con un regalo o una acción amable recibida. “ ¿Cómo te hace sentir este regalo? ” O “¿Cómo te sentiste cuando tu amigo te dio una mano? ” Son las aportaciones que ponen en marcha el proceso en el que el niño reflexionará sobre sus sentimientos.
- Se un modelo de gratitud: Un estudio publicado en Applied Developmental Science en 2016 confirmó que los padres agradecidos crían hijos agradecidos. Y esto significa que el ejemplo vivido por el niño, por ejemplo con los padres que no tienen dificultad para reconocer los gestos de gratitud y responder activamente, es el motor más importante.
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