Hogar

Cómo elegir el mejor colchón, almohada y ropa de cama para garantizar el descanso y la salud de los niños

Las pautas a seguir para elegir bien los elementos del descanso de tus hijos

Las mejores camas Montessori para el dormitorio de los niños

Colchón almohada ropa cama niños
Blanca Espada

El sueño es una parte fundamental del desarrollo físico, mental y emocional de los niños. Un buen descanso les ayuda a crecer, a aprender, a regular su estado de ánimo y a prevenir enfermedades. Por eso, es importante que los padres sepan cómo elegir el mejor colchón, almohada y ropa de cama para sus hijos, teniendo en cuenta sus características, necesidades y preferencias.

De este modo descubramos parte por parte las pautas y pasos a seguir para que puedas elegir el mejor colchón, almohada y ropa de cama para los niños, teniendo en cuenta además las diferentes opciones que podemos encontrar en el mercado.

Elegir el colchón de los niños

El colchón es el elemento más importante para garantizar un sueño de calidad. Debe adaptarse al peso, la altura, la postura y la temperatura corporal del niño, ofreciendo un soporte adecuado para su columna vertebral y sus articulaciones. Además, debe ser higiénico, transpirable, resistente y duradero.

Los tipos de colchones más recomendados para los niños son:

  • Colchones de espuma: Son los más económicos y ligeros, pero también los menos duraderos y los que menos se adaptan al cuerpo. Pueden ser una buena opción para camas auxiliares o de uso ocasional, pero no para el uso diario.
  • Colchones de muelles: Son los más clásicos y los que ofrecen una mayor firmeza y ventilación. Sin embargo, pueden resultar demasiado duros para los niños más pequeños o con problemas de espalda. Además, pueden deformarse con el tiempo y hacer ruido al moverse.
  • Colchones de látex: Son los más naturales y ecológicos, ya que están hechos de un material extraído del árbol del caucho. Se adaptan bien al cuerpo y son hipoalergénicos, pero también son los más caros y los que requieren más cuidados, como evitar la humedad y el calor excesivo.
  • Colchones viscoelásticos: Son los más modernos y los que ofrecen una mayor adaptabilidad y confort. Están compuestos por una capa de espuma que reacciona al calor y a la presión, moldeándose al cuerpo y aliviando los puntos de tensión. Sin embargo, también son los más calurosos y los que pueden provocar alergias o irritaciones en algunos niños.

La elección del tipo de colchón dependerá de las características y preferencias de cada niño, así como del presupuesto de los padres. Lo más importante es que el colchón tenga una firmeza media, que no sea ni demasiado blando ni demasiado duro, y que tenga una altura de entre 15 y 20 centímetros, para facilitar el acceso y la salida de la cama.

Elegir la almohada de los niños

La almohada es otro elemento esencial para asegurar una correcta alineación de la cabeza, el cuello y la espalda del niño. Debe tener una altura y una dureza adecuadas al tamaño y a la postura del niño, evitando que su cabeza quede demasiado elevada o hundida.

Los tipos de almohadas más recomendados para los niños son:

  • Almohadas de fibra: Son las más comunes y las más baratas, pero también las menos duraderas y las que menos se adaptan al cuerpo. Pueden ser una buena opción para los niños que duermen boca arriba o de lado, siempre que tengan una altura y una densidad bajas o medias.
  • Almohadas de plumas o plumón: Son las más suaves y las más mullidas, pero también las más caras y las que pueden provocar alergias o asma en algunos niños. Pueden ser una buena opción para los niños que duermen boca abajo, siempre que tengan una altura y una densidad muy bajas.
  • Almohadas de látex: Son las más naturales y ecológicas, ya que están hechas del mismo material que los colchones de látex. Se adaptan bien al cuerpo y son hipoalergénicas, pero también son las más pesadas y las que requieren más cuidados, como evitar la humedad y el calor excesivo.
  • Almohadas viscoelásticas: Son las más modernas y las que ofrecen una mayor adaptabilidad y confort. Están compuestas por el mismo material que los colchones viscoelásticos, por lo que se moldean al cuerpo y alivian los puntos de tensión. Sin embargo, también son las más calurosas y las que pueden provocar alergias o irritaciones en algunos niños.

La elección del tipo de almohada dependerá de las características y preferencias de cada niño, así como del presupuesto de los padres. Lo más importante es que la almohada tenga una altura de entre 5 y 10 centímetros, que no sea ni demasiado alta ni demasiado baja, y que tenga una dureza media, que no sea ni demasiado blanda ni demasiado dura.

Elegir la ropa de cama de los niños

La ropa de cama es el último elemento que influye en el descanso y la salud de los niños. Debe ser cómoda, suave, transpirable y adecuada a la estación del año, evitando el frío, el calor, el sudor y las irritaciones.

Los tipos de ropa de cama más recomendados para los niños son:

  • Sábanas: Son las más básicas y las que se usan durante todo el año, debajo de otras prendas como mantas o edredones. Deben ser de algodón, que es un material natural, fresco y absorbente, y tener un gramaje de entre 120 y 200 gramos por metro cuadrado, que es el peso del tejido. También se pueden usar sábanas de franela, que son más cálidas y suaves, o de seda, que son más lujosas y delicadas, pero también más caras y difíciles de lavar.
  • Mantas: Son las que se usan para abrigarse durante el invierno, encima de las sábanas y debajo de los edredones. Deben ser de lana, que es un material natural, cálido y aislante, o de fibras sintéticas, que son más ligeras y económicas, pero también más propensas a generar electricidad estática y alergias. También se pueden usar mantas de algodón, que son más frescas y transpirables, o de pelo, que son más suaves y mullidas, pero también más pesadas y difíciles de lavar.
  • Edredones: Son los que se usan para cubrirse durante el invierno, encima de las mantas y las sábanas. Deben ser de plumas o plumón, que son los materiales más cálidos y ligeros, o de fibras sintéticas, que son más baratas y fáciles de lavar, pero también más voluminosas y menos transpirables. También se pueden usar edredones nórdicos, que son los que tienen un relleno extraíble que se puede cambiar según la temperatura, o edredones ajustables, que son los que tienen unas gomas que se sujetan al colchón, evitando que se muevan o se caigan.
  • Fundas: Son las que se usan para proteger y decorar los colchones, las almohadas y los edredones. Deben ser de algodón, que es el material más natural, fresco y absorbente, o de poliéster, que es el material más resistente, económico y fácil de planchar, pero también más áspero y menos transpirable. También se pueden usar fundas de satén, que son más suaves y brillantes, o de terciopelo, que son más cálidas y elegantes, pero también más caras y difíciles de lavar.

La elección del tipo de ropa de cama dependerá de las características y preferencias de cada niño, así como del presupuesto de los padres. Lo más importante es que la ropa de cama sea de la medida adecuada al colchón, la almohada y el edredón, que no sea ni demasiado grande ni demasiado pequeña, y que tenga un diseño y un color que le guste al niño y que combine con el resto de la habitación.

Lo último en Bebés

Últimas noticias