¿Cómo deshacerse de la depresión posparto rápido?

Al menos una de cada cinco mujeres sufre depresión posparto, según los expertos. En algunos casos, en realidad más raras, pueden presentarse formas graves de psicosis que comprometen el bienestar de la mujer y del recién nacido e interfieren en la relación madre-hijo. Sin embargo, la depresión y la ansiedad después del nacimiento de un hijo siguen siendo subestimadas, porque no son aceptadas socialmente. A la nueva mamá le da vergüenza hablar de ello, mientras amigos y familiares luchan por aceptar la tristeza en uno de los momentos más hermosos de la vida.

Depresión posparto y cómo superarla rápidamente

Debido a este estigma social, demasiados casos de depresión posparto escapan al diagnóstico. No hablar de ello y no intervenir, sin embargo, lo expone a riesgos incluso después de algún tiempo. Según los expertos, el trastorno del estado de ánimo a veces continúa hasta el año siguiente al parto y alrededor del 20 % de las mujeres que no han sanado tienen pensamientos suicidas o se autolesionan. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado nuevas directrices para la integración de la salud mental perinatal en los servicios de salud maternoinfantil.

¿Qué sugieren las Directrices de la OMS?

Según la OMS, ahora hay evidencia científica sobre el valor de un enfoque basado en varios pasos.

• Es necesario un tamizaje de las gestantes, que pueda identificar casos de riesgo, evaluando factores como la presencia de trastornos del estado de ánimo en la familia y situaciones específicas;
• El diagnóstico de la depresión posparto debe hacerse con precisión, gracias a una red de apoyo que involucra a especialistas;
• El manejo de las condiciones de salud mental debe ser encomendado a los servicios de salud maternoinfantil, para identificar los síntomas de malestar lo antes posible y dar respuestas adecuadas. Esto requiere, entre otras cosas, personal adecuadamente capacitado.

De hecho, según la OMS, los servicios de atención de la maternidad durante el período perinatal representan una oportunidad única para apoyar a las mujeres en un entorno respetuoso y libre de estigmas, lo que lleva a una mayor participación y una mejor implicación en el cuidado de las mujeres y sus hijos y de la mayor bienestar de la sociedad.

¿Qué causa la depresión posparto?

Factores biológicos, psicológicos y sociales pueden contribuir a la aparición de este problema. La caída de estrógenos y progesterona provoca una sensación de tristeza y agotamiento, que se intensifica por la falta de sueño. Las mujeres perfeccionistas, inseguras, ansiosas, sin el apoyo de un contexto familiar y relacional adecuado, están más expuestas a la depresión posparto. La brecha entre las expectativas de la maternidad y la realidad cotidiana también afecta. La idea de que ser madre es suficiente para cuidar al recién nacido con serenidad y gratificación choca con el cansancio, el llanto del pequeño, las dificultades cotidianas hasta que uno se convence de ser inadecuado. Por último, está involucrada la predisposición: una mujer que ha sufrido depresión en otro período de la vida corre un mayor riesgo de sufrir también depresión después del parto.

¿Cuántos tipos de depresión posparto existen?

Hay tres tipos de depresión después del parto.

• La melancolía posparto o “melancolía de la maternidad” es muy frecuente, apareciendo tres o cuatro días después del parto, para desaparecer a los 10-15 días del nacimiento del bebé.
• La verdadera depresión posparto puede aparecer desde las primeras semanas después del parto hasta el año de vida del bebé. Puede ser el comienzo de una depresión crónica y no sanar.
• La psicosis puerperal es la forma más grave que afecta a alrededor del 1 por ciento de las nuevas madres. Además de tristeza y ganas de llorar, provoca alteraciones emocionales.

¿Cómo saber si tienes depresión posparto?

Los signos típicos son tristeza, fatiga crónica, ganas de llorar y una sensación de insuficiencia. Si tienes estos trastornos, es bueno no subestimarlos: pueden aliviarse solos pero también convertirse en algo crónico. Por eso es bueno hablarlo inmediatamente con el ginecólogo, con la matrona o con la psicóloga del curso prenatal.