Caprichos infantiles: Cuáles son los más comunes y cómo lidiar con ellos
Aprende cómo actuar ante los caprichos infantiles más comunes como no querer quitar la tele, no querer levantarse o no querer comer.
Los niños caprichosos suelen ser niños que retan con su comportamiento a sus padres. La clave para lidiar con este comportamiento infantil es no tomárselo como algo personal, sino una acción de nuestro hijo o hija para llamar nuestra atención. Os hablamos ahora de cuáles son los tres caprichos infantiles más recurrentes y cómo lidiar de ellos.
Caprichos infantiles: Cuáles son los más comunes y cómo lidiar con ellos
Cuando hablamos de caprichos infantiles, no lo hacemos para referirnos a que el niño quiera que le compremos algo y no pare hasta conseguirlo (una situación que se debe lidiar con firmeza y sin ceder nunca), sino de esos comportamientos que pueden darse en cualquier casa, en cualquier momento, donde haya niños pequeños y para los que siempre suele haber una causa muy concreta.
Primer capricho: Querer seguir viendo la televisión
Antes que nada, siempre pregúntate: ¿por qué no quiere apagar la televisión? Todos los niños siempre tienen una motivación seria, sincera e importante para comportarse de cierta manera. A veces los adultos lo trivializamos y de aquí surgen problemas.
El primer paso es siempre ponernos en su lugar y preguntarnos la razón de su decepción o su incomodidad. En el caso de la televisión, por ejemplo, puede ser que él quiera ponerte nervioso para atraer tu atención o que la televisión lo esté sirviendo para compensar las brechas emocionales o los momentos de soledad porque no está mucho contigo, o puede que la televisión le relaje y le evada de algún problema o algo que no le guste, como por ejemplo que lo esté pasando mal en la escuela.
Esto es lo que podemos hacer:
- Anticípate a la necesidad y transmite una sensación de abundancia: Mientras no resuelva la motivación, es inútil privarlo de su herramienta de compensación. Intentará hacerlo aún más. Cuando llega el momento de apagar la televisión, es importante hacerle sentir una sensación de comprensión y abundancia: «Termina el episodio y te bañas» por ejemplo y el niño estará más predispuesto a colaborar.
- Haz todo lo posible para llenar su vacío emocional . Si tuviera alternativas a la televisión, la usaría mucho menos. La mejor alternativa es la relación que puedes construir con él, acostumbrándolo a comunicarse contig, hacer cosas contigo y no solo jugar, sino también ayudarlo a cocinar, a ordenar, etc..
- Crea múltiples momentos de juego. Haz lo que puedas para encontrar momentos en la semana en los que puedas recargar tu energía para poder llegar a casa con mayor predisposición y disponibilidad. Te ayudarán a jugar un poco más con él, a inventar nuevas actividades para hacer juntos. Conseguirás así que se olvide un poco de la televisión.
- Ten paciencia y no te rindas . El gran peligro será no ver la situación cambiar al día siguiente y, por lo tanto, olvidarlo. Notarás de inmediato los primeros resultados, pero el cambio real se produce con el tiempo. Ármate de paciencia y persevera.
Segundo capricho: No querer comer
Si tu hijo o hija no quiere comer, no debemos perder la paciencia. Apliquemos estas pautas y podremos resolver ese «capricho».
- Llena el plato menos. La capacidad del estómago de un niño es menor que la tuya. Es necesario que el niño o niña coma la cantidad de comida que le pertoca y no más. Somos una sociedad de individuos sobrealimentados: si tu hijo come la cantidad correcta que su cuerpo requiere, no es necesario obligar a que coma más.
- Pregúntate cuál puede ser su profunda motivación para no comer, evita ideas preconcebidas. Tal vez ya no tenga hambre, tal vez prefiera ir a jugar, tal vez no le guste realmente ese tipo de comida, tal vez haya establecido una mala relación con la comida desde el comienzo de un destete forzado, demasiado tarde o prematuro, etc. Nuevamente, es esencial volver a la verdadera motivación y resolver eso. De esta manera, hemos resuelto muchas situaciones difíciles, tanto con niños que se negaron a comer como con niños que nunca dejaron de comer.
- Tal vez quiere llamar tu atención . Los niños de hoy necesitan mucha atención: no porque sean pequeños malcriados, sino porque pro nuestro ritmo de vida, muchos niños reciben poca atención. Por lo tanto, es fácil que el momento de la comida (que suele reunir a toda la familia) se convierta en un arma fácil para recibir atención y tiempo, así como una forma de liberar sus tensiones. Recuerda: si mejoras la calidad del tiempo que pasa con el niño o niña, tendrá menos oportunidades de solicitar tu interés en la mesa.
- No olvides considerar siempre el valor del ejemplo : si te muestras exigente, particularmente enfadado, perpetuamente hambriento o todo lo contrario, recuerda que tu hijo será tu espejo.
Tercer capricho: El niño no se quiere despertar y preparar por las mañanas
Muchos son los niños y niñas que todas las mañanas (aunque menos en vacaciones), suelen poner pegas para salir de la cama, o mucho menos, levantarse, desayunar o prepararse para ir al colegio. Para lidiar con este comportamiento podemos aplicar estos pasos.
- Considera despertaros antes. Al principio puede que no le guste mucho la idea, pero colocar el despertador media hora o una hora antes lo hará descubrir que dormir una hora menos no cambia su vida y mejora la calidad del tiempo que tiene disponible para maneje con calma sus necesidades y las de su hijo. Tener más tiempo para despertar a tu hijo con unos cuantos mimos más, desayunar con calma, jugar mientras se viste y poder manejar sus objeciones con una sonrisa solo puede traer beneficios.
- Intenta sobrellevar tus impulsos. Si sientes que estás a punto de ceder al nerviosismo, respira hondo y recupera tu neutralidad. Solo si mantienes el equilibrio puedes manejar la situación de manera rápida y brillante sin caer en la trampa de los gritos y las luchas de poder. Y no olvides dar siempre la bienvenida a las emociones de tu hijo, escucharlo incluso si está enojado y tomar en serio sus motivos.
- Intenta resolver la frustración si la situación te supera. Una vez más, haz todo lo posible para darte cuenta de que la verdadera razón de tu enojo o desesperación no es tu hijo o la situación que ha surgido, sino la herida abierta dentro de usted que por alguna razón ha vuelto a sangrar.
- Tú eres la madre o padre y tú eres la guía. No dejes que los niños decidan la hora para levantarse, que puedan elegir entre tres conjuntos de ropa o cuatro desayunos distintos. Tienes que imponer normas y que se cumplan, sin opción a cambios.Toma las riendas antes de ir a despertar a su hijo y estate al tanto de todo lo que tiene que suceder: despertarse, abrazarse, bañarse, vestirse, desayunar y salir de la casa.
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