PRIMERA LÍNEA

El perfil político de Baleares según encuestas recientes

El perfil político de Baleares según encuestas recientes

Un periódico local publicaba recientemente una encuesta de intención de voto, según la cual el PP presidido por Marga Prohens iba acariciando la mayoría absoluta al incrementar en tres escaños (28) los 25 cosechados las elecciones del 28 de mayo de 2023. Por el contrario, el PSIB-PSOE cedía un escaño –lo perdía, vamos- de los 18 conseguidos entonces, mientras que Podemos desaparecía definitivamente del Parlamento balear. También los escaños de Vox se verían algo disminuidos de lo conseguido el 2023. No deja de ser una paradoja, visto el comportamiento del grupo parlamentario de Vox en lo que llevamos de legislatura. Un caos surrealista. 

Recordar para hacernos una composición de lugar que la mayoría absoluta en el Parlamento Balear está en los 30 escaños. De manera que la encuesta del periódico local seguía poniendo el foco en que el PP necesitará a Vox si desea hacerse con la mayoría suficiente, aunque mejorando notablemente su capacidad de negociar pactos debido a los resultados de la encuesta.

En paralelo, días arriba días abajo una encuesta para un periódico de tirada nacional daba unas cifras que si bien mantenían la situación de dependencia del PP a propósito de Vox, el dato era más demoledor para la izquierda al observar que el PSIB-PSOE en la foto fija en el momento de la encuesta se dejaba en el camino cuatro escaños pasando de los 18 actuales a 14.

Desde luego cuadra más con el servilismo de Armengol en el Congreso. Servil, mis queridos 156.000 votantes socialistas de Baleares lo define así la RAE: «Que de modo rastrero se somete totalmente a la autoridad de alguien». Por supuesto de Pedro Sánchez. Lo estamos viendo permanentemente siendo lo  último evitar que el «puto amo» tenga que comparecer ante comisión, para dar explicaciones sobre los acontecimientos en las cloacas de su partido. 

En esta encuesta el PP se sitúa solo a un escaño de la mayoría absoluta y lo relevante, que Vox mantendría su actual representación -8 escaños- pese al barullo permanentemente reinante entre sus señorías conservadoras, que no de ultraderecha porque en absoluto lo son. Por cierto, en esta encuesta no se pierde el único escaño de Podemos. Me permito dudarlo.

Lo que no cambia en una y otra encuesta es la estabilidad del voto de Més, todo él en definitiva separatista y fiel deudor de la madre patria Cataluña. Es el dicho frecuente: «Unos pocos hacen demasiado ruido» y esos pocos  precisamente son los mismos que comercializan las camisetas verdes que tan bien les fue con el TIL del Govern de José Ramón Bauza y ahora han vuelto a sacarlas del armario para amedrentar al Govern de Marga Prohens. Vayamos con amedrentar, según la RAE: «Infundir miedo, atemorizar».

Presidenta Marga Prohens, como campanera que es le supongo próxima al profundo amor por la lengua vernácula; aunque también, como traductora que profesionalmente es, igualmente próxima a la misión fundamental de la lengua, nada menos que comunicar, desde el respeto a las lenguas maternas en el proceso educativo de los menores, además de ser acorde con la ley la elección de una u otra lengua para la enseñanza. En su acuerdo con Vox, que lo sepan estos radicalizados de Més, usted no discrimina el catalán –lo que nos quieren hacer pensar-, sino que da alas a la libre elección de lengua, un derecho que recoge nuestra Constitución y menospreciado en Cataluña y el País Vasco con frecuentes incumplimientos de sentencias del TS.

Que se pongan las camisetas verdes y que vayan de tardeo las veces que les vengan en gana, sea con cañas o con palo Túnel. Pero los supuestos 80.000 manifestantes del 2013 no volverán a reunirlos porque el TIL amenazaba a un colectivo de educadores que mayoritariamente no hablaban inglés y en consecuencia irracionalmente veían amenazada su área de confort. Esta vez no. Salvo que esos 80.000 por un casual fueran partícipes del millonario negocio que les reporta la inmersión lingüística.

Presidenta Prohens, si Vox mantiene sus escaños es porque la gente ve en ellos el dique de contención. Lástima que su líder autonómico no sea Fulgencio Coll Bucher, porque en él tendría un leal interlocutor. Que la izquierda brame por donde les salga.

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