Multitudinaria protesta contra el turismo masivo en Palma el día de luto por las víctimas del Medusa
Como sucedió en Canarias, cientos de personas han tomado la calle contra la sobreexplotación de la industria turística
La manifestación ha tenido lugar dos días después de que murieran cuatro personas tras el derrumbe de una terraza
Como hace un mes sucedió en Canarias donde miles de personas encabezadas por partidos y organizaciones de izquierdas se manifestaron contra el modelo turístico de masas, hoy se ha repetido la misma imagen, en este caso, en Baleares.
Una multitudinaria protesta, de en torno a 10.000 personas en el arranque de la marcha, celebrada esta tarde en Palma contra el turismo masivo que ha tenido lugar en el día de luto oficial decretado por el Govern, por las cuatro victimas del derrumbe de la terraza del Medusa Beach en la Playa de Palma.
La jornada escogida para la protesta por los organizadores, puede que no haya sido la más adecuada, sólo 48 horas después del trágico siniestro que se cobró la vida de cuatro personas, dos de ellas, jóvenes turistas alemanes. De hecho, todos los partidos políticos cancelaron ayer viernes todos los actos de campaña de cara a las elecciones europeas del 9 de junio.
Pero animados por colectivos con idéntico perfil al canario y formaciones políticas que durante ocho años han gobernado en Baleares, y ahora están en la oposición al Govern de Marga Prohens (PP) cientos de palmesanos, sindicalistas, ecologistas, políticos de primera fila y ciudadanos anónimos, han recorrido el centro de Palma bajo el lema Mallorca no es ven (Mallorca no se vende).
Una manifestación contra la única y principal industria de Baleares como es el turismo, que ha sido ampliamente respaldada por dirigentes políticos socialistas de Francina Armengol, independentistas de Més y Podemos, pero cuyas reivindicaciones también respaldaba esta semana el actual Ejecutivo del PP.
Esta misma semana Prohens ya manifestó en este sentido que el turismo en Baleares «ya no puede seguir creciendo en volumen», y que «el crecimiento ya no se está traduciendo en bienestar».
Hoy no estaba presente en la marcha, pero sí respaldando el telón de fondo de una convocatoria nacida de una plataforma de nuevo cuño como es el colectivo Banc del Temps de la pequeña localidad mallorquina de Sencelles, de apenas 3.600 habitantes, menos que manifestantes hoy, en las calles de la capital balear.
Entre los organizaciones convocantes también figuran los ecologistas el Grupo Balear de Ornitología (GOB), el sindicato UGT, Salvem Mallorca, Salvem els Paisatges de Mallorca, el sindicato independentista STEI o Stop Desahucios, entre otros,
La movilización en la que se insta a la ciudadanía a decir «basta a la masificación turística, a la destrucción del territorio, a la desprotección de las personas que viven en Baleares», en una mezcla de reivindicaciones de todo color y condición, para poder atraer así perfiles amplios y banderas de lo más variopintas.
Con pancartas y carteles que exigían el derecho a una vivienda digna, los manifestantes cargaban contra el desbocado mercado inmobiliario balear en otro de los rótulos que portaba la cabecera de la manifestación: «Si nos niegan el techo, nos niegan el futuro».
Los convocantes exigen responsabilidad a las instituciones para que Mallorca no acabe convertida», apuntan «en un resort de lujo», rechazando con ello la apuesta por la calidad que hoy defienden todas las fuerzas política del arco parlamentario.
La convocatoria de la marcha coincide, además, con la primera reunión de la Mesa para el Pacto Social por la Sostenibilidad, presidida este pasado miércoles por la presidenta Prohens que reivindicó que el documento que surja de esta iniciativa será la hoja de ruta que permita la transformación del modelo turístico pensando en el residente y en la ciudadanía y desde la triple sostenibilidad social, económica y ambiental.
Prohens no adelantó aún las medidas concretas que el Govern pondrá sobre la mesa, aunque sí cuáles serán los objetivos del pacto que resumió en invertir en diversificación, promover incentivos políticos contra la saturación, preservar los sistemas naturales, mejorar la coordinación entre administraciones, adecuar las decisiones a la capacidad del destino, orientar la promoción y desarrollamos sistemas fiables de indicadores.
La primera medida adoptada ya ha consistido en la reducción del techo de plazas turísticas que es posible crear en Mallorca, eliminando el Consell 18.000 camas de las 430.000 que ahora se permiten. También el Govern trabaja en limitar la entrada de vehículos de alquiler como ya sucede en Formentera, en este caso en Mallorca e Ibiza, por la supuesta saturación que sufren las carreteras insulares durante el verano, por culpa de los 18 millones de turistas que recibe Baleares al año.
Sin embargo para los socialistas, el PP no puede estar contra la masificación turística ya es una bandera de uso exclusivo del PSOE y sus socios, y tal como ha manifestado este sábado el ex conseller y secretario general del PSOE de Ibiza, Josep Marí, el PP «no es de fiar» cuando habla de buscar medidas contra la masificación.
«Hacen un discurso para la galería, presionados por las circunstancias» y «se suman a una dinámica cuando ven que el pueblo exige». Para el PSOE, el PP «sigue con sus creencias de siempre».