El «iron man» lo ha conseguido: Raíllo será titular, pero con máscara
Los médicos lo operaron hace seis días y lo descartaron hasta 2026, pero él tenía otros planes
"Metería la cabeza dentro de una lavadora si hiciera falta", bromeó Arrasate

Hace exactamente seis días, Antonio Raíllo salía del quirófano con el pómulo derecho operado en tres puntos tras un choque fortuito ante el Oviedo. Los médicos hablaron de cuatro a seis semanas de baja. Él escuchó, asintió y, en silencio, se marcó su propio calendario: “el sábado juego”.
Ayer, en el entrenamiento a puerta cerrada de Son Moix, el central cordobés de 36 años saltó al césped con la máscara negra recién moldeada, esa careta que parece sacada de un cómic de superhéroes. Corrió, cabeceó, mandó y hasta sonrió cuando un compañero bromeó: “Pareces Darth Vader, capi”.
Jagoba Arrasate, que lo observaba desde la banda, solo pudo negar con la cabeza y soltar después en la sala de prensa la frase que resume la leyenda: “Este metería la cabeza en una lavadora si hiciera falta”.
Raíllo no ha perdido ni un ápice de su esencia. En los rondos mandaba como siempre, en los centros laterales se elevaba más alto que nadie y, cuando le preguntaron si le dolía, respondió con esa media sonrisa andaluza: “Duele más perderse un partido”.
Los fisios aún alucinan: antiinflamatorios, drenajes, sesiones dobles de recuperación… y aun así, el hueso apenas ha empezado a soldar. Pero el capitán no entiende de partes médicos; entiende de escudo, de grada y de la responsabilidad de liderar a un Mallorca que hoy recibe al Elche en busca de tres puntos que cierren bien el año.
Esta tarde Son Moix rugirá cuando vea a su número 21 salir al túnel con la máscara puesta. No será un adorno: será un símbolo. Seis días después de romperse la cara, Antonio Raíllo volverá a ponerla por delante por su equipo. Porque para él, el fútbol no espera a que cicatricen los huesos. Cicatriza jugando.