Un hecho insólito en la Iglesia de Baleares: dos obispos de las Islas y los dos menorquines
Gerard Villalonga (Mahón) es el nuevo obispo de Menorca y Sebastià Taltavull (Ciudadela) es obispo de Mallorca desde 2017
Gerard Villalonga, nombrado nuevo obispo de Menorca
La Catedral de Menorca ha acogido este sábado la ordenación episcopal del nuevo Obispo de Menorca, Gerard Villalonga, quien ha recordado durante su alocución al Espíritu Santo como «protagonista de esta celebración y de la vida de la Iglesia». Gerard Villalonga nació en Mahón en 1958 y con su ordenación episcopal se produce un hecho insólito y es que Baleares tenga dos obispos de las islas y los dos menorquines. Cabe recordar que el obispo de Mallorca es Sebastià Taltavull, nacido en Ciudadela.
En marzo de 2022 Gard Villalonga fue nombrado era administrador diocesano de Menorca tras la designación del anterior obispo, Francesc Conesa, como prelado de la Diócesis de Solsona. Villalonga es el segundo sacerdotes menorquín nombrado obispo de la isla. El precedente hay que buscarlo a finales del siglo XVIII cuando Antonio Vila Camps dirigió la Diócesis entre 1798 y 1802.
Sebastià Taltavull (Ciudadela, 1948) fue nombrado obispo de Mallorca en 2017. Al haber cumplido los 70 años de edad ya ha presentado su renuncia obligatoria al Papa pero seguirá ejerciendo hasta el nombramiento de un nuevo obispo. Anteriormente fue obispo auxiliar de Barcelona.
La tónica habitual durante las últimas décadas era que los obispo de Baleares procedieran de otras regiones, de la Comunidad Valenciana preferentemente. Que el obispo de Mallorca fuera menorquín ya fue una novedad en 2017 y ahora lo relevante es que el de Menorca también sea de Baleares y, además, menorquín.
Durante el oficial de ordenación episcopal como obispo de Menorca, Garard Villalonga se expresó así: «Hoy ha sido un día grande, una magnífica catequesis sobre la Iglesia. A veces es más fácil marcar los límites negativos para alcanzar mayor comprensión: la Iglesia no es una federación de Diócesis de un estado descentralizado, ni las diócesis son provincias de un estado unificado; no se rige por el principio de mayorías como nuestros parlamentos».
El nuevo obispo ha agradecido durante su discurso la presencia en el acto de cerca de 20 cardenales, arzobispos y obispos y 60 presbíteros, además de cerca de 40 autoridades autonómicas, insulares y municipales. «Leo la presencia de las autoridades como una consideración hacia los ciudadanos católicos, que con su esfuerzo y participación contribuyen a la edificación de la ciudad temporal», ha apuntado.
Finalmente, Villalonga ha recordado a su madre, a quien ha definido como «una mujer sencilla y verdaderamente cristiana». «Me diría ahora que me acordase de los pobres y no me olvidara de los enfermos, que desde el Cielo me ayude a cumplirlo», ha concluido.
Por su parte, el Nuncio Apostólico Bernardito Auza, ha mostrado durante la Homilía su «profundo agradecimiento por su entrega durante los años al servicio de la iglesia de Menorca» al antecesor de Villalonga, Francesc Conesa.
Bernardito Auza ha subrayado que esta sede «tiene una historia hermosa ya que fue evangelizada en los primeros tiempos del cristianismo». «Las excavaciones realizadas hasta el día de hoy nos asoman como prueba de ello a los hallazgos de las basílicas paleocristianas en la isla. Las piedras son testigos del transcurso floreciente de la Fe católica», ha señalado.
El Nuncio Apostólico se ha dirigido también a Villalonga, a quien ha dicho «conoces perfectamente esta Diócesis, una diócesis insular y pequeña, como una familia, en ella has nacido, en la ciudad de Mahón y has sido miembro de este presbiterio, has sido Vicario General y dos veces Administrador Diocesano, hasta este instante». «Ahora tendré la gracia de consagrarte obispo de la Iglesia y darte posesión de la Sede de Menorca que el Santo Padre te confía», ha añadido.
En este punto, ha manifestado que «desde hoy tu misión es la de manifestar el mensaje, la vida y el verdadero rostro de Jesucristo a los hombres, mujeres, jóvenes, niños en tu diócesis, en España y en el mundo».
«El ministerio episcopal que ahora comienzas lo confío a la protección maternal de la Santísima Virgen. Ella, como patrona de la isla de Menorca y su Diócesis, es inmensamente querida aquí con el título de Nuestra Señora de Monte Toro. Ella es experimentada como madre amorosa y refugio para todos los menorquines en sus angustias y necesidades», ha remarcado.