La empresa municipal de limpieza de Palma ya tiene solución a su mal servicio: más nivel de catalán

La empresa municipal de limpieza de Palma (Emaya), quinta ciudad más sucia de España, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), parece haber encontrado la receta para mejorar sus prestaciones en el criticado servicio que ofrece a los palmesanos: exigir más nivel de catalán al nuevo responsable de personal, que tendrá que tener un dominio hablado y escrito de esta lengua, similar, al de un profesor de Bachillerato.

Así figura en las bases de la convocatoria de esta plaza cuyo proceso de selección está teniendo lugar estos días, y a la que finalmente optan, dos aspirantes. Otros cuatro inscritos no han pasado el corte, y han quedado excluidos. En la mayor parte de los casos, por no poder acreditar una experiencia mínima de seis años desarrollando estas funciones, en los últimos 10 años a la publicación de la convocatoria. 

El nivel de catalán requerido para esta plaza indefinida, es de los más altos que se requieren en la Administración (más que a médicos y enfermeras, por ejemplo) en contra de lo sucedido con el actual gerente de la compañía.  Manuel José Menéndez fue contratado esta legislatura por el presidente y concejal socialista de Medio Ambiente, Ramon Perpinyá, sin contar con titulación de catalán alguna. 

En el caso del nuevo jefe de Recursos Humanos, la dirección política de Emaya,  ha optado por imponer el catalán como requisito imprescindible para acceder a este puesto en una compañía que, desde que en 2015 entró a gobernar la coalición de socialistas, nacionalistas y Podemos, se les exige conocimiento de catalán hablado y escrito a barrenderos y conductores de recogida, en este caso, a nivel básico. 

Si los aspirantes a esta jefatura no pueden acreditar documentalmente la titulación requerida, deberán de realizar el examen del nivel C1 que tendrá carácter obligatorio y eliminatorio, tal y como figura en las bases de la convocatoria. 

No parece que el nivel de dominio del catalán, capacite al nuevo responsable de personal de la compañía de aguas y limpieza de Palma, ante el complicado panorama que se le presenta en esta recta final de la legislatura, en una empresa, donde tiene garantizada la brega diaria con los sindicatos y más de 1.400 trabajadores a su cargo. 

Entre otras cuestiones que dejó sobre la mesa el anterior responsable de este departamento, cesado en la recta final del año pasado, figuran negociaciones tan candentes como la de resolver la situación del medio centenar de fijos discontinuos, la estabilización del personal interino (casi toda la plantilla), hacer frente a un disparado absentismo laboral de más del 13% y, ante todo, mejorar el deficiente y criticado servicio municipal de limpieza en los barrios de la capital balear.