Ayuntamiento de Palma

Dimite el alto cargo de Palma que se pasó al PSOE tras empezar con Podemos y que nunca ha trabajado

Palma alto cargo nunca trabajó
El hasta ahora director general de Sanidad del Ayuntamiento de Palma, Joaquín de María Arrebola.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Dimite un alto cargo de Podemos en el Ayuntamiento de Palma que se pasó a filas socialistas para continuar siendo director general, y nunca trabajó fuera de la política municipal. Se trata de Joaquín de María Arrebola, cuya renuncia al cargo de director general de Sanidad y Consumo ha aprobado la Junta de Gobierno presidida por el alcalde socialista, José Hila.

Un departamento en manos de los socialistas con la concejala del PSOE de Palma, Elena Navarro al frente, que fichó a Arrebola en 2019 procedente de las filas de Podemos, que en 2017 y sin experiencia laboral previa alguna le había dado mesa, silla y despacho de director general en el área de Participación Ciudadana.

Tras seis años como alto cargo municipal con un sueldo mensual de 3.000 euros al mes, y a sus 32 años, el hasta ahora directivo del gobierno municipal de coalición de socialistas, independentistas de Més y Podemos, abandona su puesto en busca de un nuevo futuro laboral a seis meses de las elecciones, y conociendo que difícilmente habría repetido cargo ni posición de salida en la candidatura electoral del PSOE al Ayuntamiento de Palma, en las municipales de mayo de 2023.

Su destino es toda una incógnita, si bien durante los años que ha estado en el cargo, primero con Podemos y desde 2019 con los socialistas, ha ido moviendo ficha aquí y allí para buscarse un futuro laboral en el entorno y bajo el cobijo de la Administración.

Sin ir más lejos, siendo director general de Sanidad, justo antes de que se declarase el Estado de Alarma en marzo de 2020, Arrebola tuvo tiempo de sobra para preparase el temario, presentarse y aprobar el primer ejercicio de las oposiciones convocadas por el Ayuntamiento mallorquín de Llucmajor, para conformar una bolsa de trabajadores sociales para su posterior nombramiento como funcionario interino en este Consistorio.

Quedó en décima posición, y logró superar el examen, al igual que el resto de 25 aspirantes que obtuvieron una puntuación superior a diez puntos.

Graduado en Trabajo Social por la Universidad de las Islas Baleares y máster en Políticas Sociales y Servicios Públicos por la Universidad Pública de Salamanca, Arrebola ha tenido en estos años además de un buen sueldo, una buena carta de presentación en su trayectoria profesional tras su paso por la política municipal a la que llegó de la mano de Podemos (en 2017 la formación se llamaba Som) sin tener experiencia laboral alguna a sus 26 años.

Arrebola fue nombrado a dedo por la entonces concejala de Participación Ciudadana, Eva Frade, por su «capacidad ejecutiva, de superación del estrés y la frustración, de la posibilidad de defender los valores de Podemos más allá de las competencias de la regiduría así como un conocimiento activo del programa de Podemos Palma para esta legislatura».

Una justificación estrambótica de una formación política que la pasada legislatura entró en el gobierno municipal enarbolando la bandera de la regeneración política, y que nombramientos como el de Arrebola, pusieron en evidencia su falsedad.

Por aquel entonces, Podemos justificó además su fichaje y sueldo de 3.000 euros mensuales porque el ahora dimitido Arrebola «participa en diversos espacios de Podemos en Baleares como la comisión mixta de servicios sociales o en los círculos sectoriales del partido y su adaptación a la gestión tanto interna como externa será fluida».

Muy fluida con el que entonces era su partido no tuvo que ser, cuando dos años después dejó Podemos para incorporarse también como director general pero, en este caso, en las filas socialistas como número dos de la concejala de Turismo, Sanidad y Consumo, Elena Navarro.

Su renuncia aprobada la Junta de Gobierno ha pasado desapercibida al igual que su labor durante estos casi seis años en el Ayuntamiento de Palma, desconocida para todos los contribuyentes que le han pagado su sueldo.

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