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Decenas de okupas continúan viviendo en la antigua cárcel de Palma que ya lleva 25 años abandonada

La antigua cárcel de Palma está en desuso desde 1999 y desde entonces los okupas se han adueñado del edificio

En 2017 el Ayuntamiento de Palma publicó un informe alertando del deterioro de la estructura de la antigua prisión

Los vecinos del barrio destacan que la Policía tiene que intervenir "casi a diario" por las peleas que allí se producen

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Se cuentan por decenas los habitantes de la antigua cárcel de Palma, aunque se desconoce la cantidad exacta de personas que actualmente allí residen. O malviven. La puerta de entrada y salida luce teñida de color naranja, tatuada de grafitis de grandes dimensiones que decoran un paisaje inmenso, en el que se retrata a personajes de ficción como Freddy Krueger o Drácula.

Al llegar a las inmediaciones del edificio, que está ubicado entre dos parques infantiles, un colegio público, un club de petanca y la Calle de Alfonso el Magnánimo, se observa cómo un adulto abandona la antigua cárcel a pie con una bolsa de supermercado colgada del hombro.

Para acceder a la antigua prisión, que se abrió en los años 60 y se cerró definitivamente en el año 1999, hay que hacerlo a través de una portón que está a medio abrir. En el interior destaca el contraste con hace apenas unos meses, cuando la basura se acumulaba por los rincones. Hoy, apenas se ven bolsas de residuos y el suelo está más limpio. En el año 2013 el Ayuntamiento de Palma adquirió los terrenos mediante una permuta. E incluso se llegó a firmar un acuerdo con la Universidad de las Illes Balears para cederle el uso del resto del edificio y ubicar ahí una residencia de estudiantes, algo que nunca ocurrió.

Según el Informe del Servicio de Inspección técnica de edificios del Consistorio palmesano realizado en el año 2017 se notificó que la estructura de la antigua prisión «experimenta un avance rápido del deterioro, un hecho que justifica la necesidad de intervenir lo antes posible».

El Ayuntamiento de Palma actual del popular Jaime Martínez ha manifestado recientemente su intención de derribar la antigua cárcel, aunque sin una fecha concreta. Hace apenas dos años, el exalcalde independentista de Més per Mallorca Toni Noguera presentó «el Centro de Innovación Cultural y Creativo de la Antigua Prisión de Palma» y manifestó que estaba «más cerca de ser una realidad». El separatista llegó a presupuestar la obra en 193.000 euros mediante un contrato de seis meses. «Proyectamos un centro de creación de artes escénicas y de artes visuales que tendrá un diálogo con la residencia de estudiantes», expresó en 2022 Noguera, cuando presentó el proyecto.

Los vecinos de la zona manifiestan a OKDIARIO que la Policía hace presencia en la antigua cárcel «casi a diario» por los conflictos que allí se generan. «Se tiene que buscar una solución. No sé si destruir el edificio es lo mejor, pero algo hay que hacer», expresan a la vez que hacen hincapié en que actualmente en el edificio vive «gente de todo tipo, desde los más conflictivos, hasta quien busca un techo en el que dormir porque no puede permitirse pagar un alquiler de 650 euros la habitación».

La antigua cárcel de Palma no deja de ser un problema para los vecinos y para la imagen de un barrio en el que conviven muchas familias. Allí se suceden y son notorios los casos de incendios provocados que tienen lugar. Sin ir más lejos, en junio de este año un marroquí con antecedentes prendió fuego a las dependencias con todos sus okupas dentro.

Parece claro y evidente que la idea de derribar la antigua prisión es la acertada. Por el deterioro que sufre la estructura del edificio y por los conflictos que generan los okupas que malviven en la antigua prisión.

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