¿Una ciudad sin ley?

Dos jóvenes en un patinete que alcanzaba los 80 km/h arrollan en Palma a un niño de 2 años y se dan a la fuga. Los hechos sucedieron pasado 29 de enero. Es un ejemplo de lo que sucede en esta ciudad. Pero hay más, muchísimos, más. Los patinetes han llegado a convertirse en uno de los primeros problemas de una ciudad donde, por buenismo o por dejadez de los últimos consistorios, no ha imperado la ley. Es decir, que cada cual, podía hacer lo que le viniera en gana sin que existiera la vigilancia de una normativa, unas ordenanzas que si se respetaban podían convertir Palma en una ciudad limpia y ordenada. Pero lamentablemente, no fue así.
Ha tenido que cambiar la mayoría en el consistorio para que cambiara también la normativa y establecer que si las ordenanzas municipales no logran poner orden, esto se convierte en la Ciudad sin Ley. La nueva ordenanza cívica ha iniciado su tramitación con la aprobación inicial de un documento que regula comportamientos incívicos relacionados con patinetes, pintadas vandálicas, consumo de alcohol en la vía pública, rótulos, trile o grupos de turistas. Los cambios y sanciones que incluye entrarán en vigor después de su aprobación definitiva y la Policía Local de Palma creará un Equipo Comunitario de Proximidad para luchar contra los incívicos y velar por la seguridad de los ciudadanos.
Qué se pretende con ello, pues que la ordenanza tenga un enfoque preventivo y busque corregir las conductas incívicas manteniendo el orden y promoviendo el respeto entre todos.
Cuál ha sido la reacción de la izquierda ante esta voluntad de lograr una ciudad done impere el civismo. Según el portavoz del PSOE, Xisco Ducrós, la ordenanza persigue, reprime y criminaliza a los ciudadanos porque es una normativa «represiva y antidemocrática». Més, por su parte, denunció que el PP da «soluciones policiales a los problemas sociales» y finalmente Podemos, otro que tal baila, acusó a la nueva ordenanza de «declarar la guerra a los pobres». ¿Quieren ustedes más comentarios?
Pues, vaya, aquí tienen uno suficientemente ilustrativo: defecar en la calle, entre otros ejemplos de incivismo que regulan estas ordenanzas, resulta que debe ser una conducta represiva y antidemocrática. Difícil encontrar mejores ejemplos de pérdida de la realidad.
MARTES: EL DENIP. El poeta y pacifista mallorquín Llorenç Vidal fundó hace más de 60 años el Día Mundial de la no violencia y la paz. El Consell Insular, deseando fomentar la cultura de la paz, reunió a 1.500 escolares que celebraron el Día de la Paz en la Misericòrdia de Palma. El propósito del acto fue fomentar la cultura de la tolerancia y el respeto entre los escolares.
MIÉRCOLES: CON 20 AÑOS DE RETRASO. Han pasado 18 años desde que la ex alcaldesa del PP de Palma Catalina Cirer y el entonces ministro socialista de Defensa, José Bono, rubricaran un principio de acuerdo para la construcción de la mayor promoción de VPO en Palma en Son Busquets de la carretera de Valldemossa. Entre 2015 y 2023 no sólo no se construyeron, sino que ni siquiera el Ayuntamiento de Palma inició los trámites para esbozar el planeamiento urbanístico de los terrenos. En la presente legislatura el proyecto echará a andar. Las 831 VPO del antiguo acuartelamiento de Son Busquets arrancará en febrero, pero la entrega de estas viviendas no será una realidad esta legislatura. Esta es la historia de las siempre prometidas y nunca realizadas viviendas sociales entre los cientos de miles que ha prometido quien ahora dirige, es un decir, este país.
MIÉRCOLES: EJEMPLAR VERBENA. Que se sepa, excepto algún pequeño altercado, las verbenas de Sant Sebastià, con miles y miles de asistentes, se celebraron sin incidentes. Pero el grupo municipal del PP ha reclamado ahora al Ayuntamiento que condene las agresiones que sufrieron policías locales en una fiesta del denominado Sant Sebastià Alternatiu, organizada por Més per Palma, Sumar e Izquierda Unida. En esta verbena fuera del programa general, celebrada en la plaza del Mercat, la Policía Local se personó porque la música continuaba en plena madrugada vulnerando el horario máximo autorizado fijado a las 3.00 horas. Pero el DJ anunció a los congregados que querían apagar la música y esto provocó que los asistentes arrojaran vasos y botellas de plástico a los agentes uno de los cuales fue golpeado por una de ellas en la cabeza, provocándole un traumatismo del que fue atendido por las asistencias sanitarias.
Ya se argumentó en su día la conveniencia de no dejar celebrar verbenas alternativas, pero, además, si no cumplen las más mínimas normas, como fue el caso, suponen un ejemplo de incivismo impropio de quienes deberían ser ejemplarizantes. Mal, muy mal por Més.
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