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Baleares sigue a la cabeza en violencia de género pese a triplicar Armengol el presupuesto del IB Dona

La directora del IB Dona
La directora del IB Dona, María Durán, la consellera de Presidencia, Mercedes Garrido y la presidenta, Francina Armengol.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Baleares sigue a la cabeza de la violencia de género en España pese a triplicar Armengol el presupuesto del Institut Balear de la Dona (IBD) que tiene en la lucha contra esta lacra su principal objetivo y razón de ser. Un organismo que ha pasado de contar con menos de tres millones de euros en 2016 (2.970.000 euros), las primeras cuentas aprobadas por la presidenta socialista del Govern, a los 9.113.000 euros que gastará esta entidad en el año electoral de 2023.

Un gasto notable que se ha ido consolidando y aumentando año a año a lo largo de estas dos legislaturas y que Armengol rematará para el año electoral de 2023 con un aumento del presupuesto de este organismo, uno de los múltiples chiringuitos públicos con los que cuenta el Ejecutivo balear, de un 35%.

Si en 2022 el IBD dirigido por la abogada feminista, María Durán ha contado con un presupuesto de 6.733.000 euros, para el último ejercicio de la legislatura tendrá 2,4 millones más. Un incremento del gasto público cuyo rédito es más que cuestionable por el escaso impacto que parecen tener en la sociedad balear las campañas de concienciación en materia de igualdad, violencia de género, etcétera, realizadas por este organismo autónomo adscrito a la Conselleria de Presidencia liderada por la socialista, Mercedes Garrido.

Baleares encabeza año tras año las estadísticas de violencia de género en España, con un porcentaje de casi 94 denuncias por cada 10.000 habitantes, cuando la media nacional se sitúa, muy por debajo, en 60.2.

Y ello pese a que el principal objetivo del IBD es luchar contra la violencia machista, cosa que a tenor del número de denuncias interpuestas está lejos de lograr el ente público  peses al cuantioso aumento de presupuesto. 

El IBD fue noticia de alcance nacional este año por una polémica exposición sobre micromachismos, en una de cuyas ilustraciones dedicada al ámbito de la Justicia que el Govern de Armengol se vio obligado a retirar, se mostraba a una mujer frente a un juez que le decía lo siguiente: «¿Cómo voy a creer que su marido la maltrata si usted está viva?».

La oleada protestas de las asociaciones de jueces y del Tribunal Superior de Justicia de Baleares forzó la retirada del póster.

Más allá de polémicas, no parece que Armengol haya tampoco logrado con este aumento presupuestario del IBD, lo que calificó de empoderamiento económico de las mujeres para poner fin a la brecha salarial entre mujeres y hombres, si nos atenemos a las estadísticas que cada año ofrecen los sindicatos.

Tal y como denunciaba este año CCOO, el salario de las mujeres en Baleares tendría que subir un 15% para equipararse al de los hombres destacando el hecho de que la brecha salarial persiste y se mantiene con independencia de que el análisis se realice por edad, nivel de formación, sector. Por ejemplo, en el sector servicios ellas tienen una ganancia media anual de 21.746 euros, y los hombres 25.557 euros.

Y si nos atenemos al tercero de los pilares irrenunciables del organismo, el combate del tráfico de mujeres y la abolición de la prostitución, con el objetivo que Baleares deje de ser un destino para el turismo sexual, la realidad pone de manifiesto que poco se ha avanzado apenas en esa dirección.

Tras la reactivación de la actividad turística ha vuelto a dispararse una actividad a la que se dedican en torno a 2.500 personas en las Islas, en su mayoría mujeres, tal y como reveló recientemente el profesor de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) Lluís Ballester, miembro del Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social.

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