MALVERSACIÓN

Armengol aprobó la compra del termómetro más caro de la historia cuando ya estaba pagado e instalado

El 14 de marzo de 2017 Abaqua publicó el pliego para la compra del termómetro y la concesión de esta adquisición a la planta concesionaria de la desaladora, la multinacional francesa Suez Treatment Solutions SAU

En esta fecha la concesionaria no sólo ya había comprado el termómetro sino que lo tenía instalado.

El Govern de Armengol pagó 13.210 euros por un termómetro que vale 420

¿Armengol socialdemócrata?

Francina Armengol termómetro
Interior de la planta desalinizadora de la Bahía de Palma.
Miquel Ángel Font

El Govern de la socialista Francina Armengol aprobó la compra de un termómetro para la planta desalinizadora de la Bahía de Palma cuando este aparato ya estaba instalado. Se trata en principio del termómetro más caro de la historia puesto que por este concepto la empresa pública Agencia Balear de l’Aigua i Qualitat Ambiental (Abaqua) pagó 13.210 euros cuando en realidad en el mercado sólo cuesta 420.

El 14 de marzo de 2017 Abaqua publicó el pliego para la compra del termómetro y la concesión de esta adquisición a la planta concesionaria de la desaladora, la multinacional francesa Suez Treatment Solutions SAU. En esta fecha la concesionaria no sólo ya había comprado el termómetro sino que lo tenía instalado. El Govern, en consecuencia, adjudicó a la concesionaria la compra de un termómetro por valor de 13.210 euros que ya estaba instalado.

La empresa pública Abaqua pertenece a la Conselleria de Medio Ambiente, que en aquel año 2017 presidía Vicenç Vidal, hoy senador autonómico por Més. El extraordinario sobreprecio pagado por el termómetro fue denunciado por un ex trabajador de la desalinizadora y por una entidad privada ante la Oficina Anticorrupción. Como ha desvelado OKBALEARES, en el escrito de denuncia se señala la supuesta malversación de fondos públicos por la compra del termómetro y otros hechos con los que se pretende demostrar un claro favoritismo del Govern de Armengol a la empresa Suez Treatment Solutions SAU.

La Oficina Anticorrupción consideró que el contenido de la denuncia, que relata hasta 15 supuestas irregularidades en la gestión de la desalinizadora de la Bahía de Palma, era excesivamente amplio y complicado y que no disponía de recursos para investigarlo. Por ello, decidió el archivo de la denuncia al tiempo que anunció que daría traslado a la Fiscalía Anticorrupción.

De todos modos, la Oficina Anticorrupción realizó algunas gestiones y fruto de las mismas Abaqua emitió el informe justificativo del gasto donde aclaraba que los 13.210 euros cubrían la compra del termómetro pero también otros gastos realizados para reparar dos piezas del equipamiento eléctrico de la desaladora que se habían estropeado por fallos en el mantenimiento. La realidad es que la factura firmada por Abaqua se refiere exclusivamente a la compra del termómetro.

El Govern, y más concretamente la empresa pública Abaqua, da por bueno el archivo provisional de la denuncia por asegurar que no se cometió ninguna irregularidad.

Lo cierto es que con el gasto de 13.210 euros por un termómetro se ocultaban otros arreglos en la desalinizadora que eran necesarios debido al deficiente mantenimiento de la misma realizado por la empresa concesionaria.

Los fallos en el mantenimiento de la desalinizadora se iniciaron en el año 2005 debido a los cambios que la empresa explotadora realizó en el personal de gestión de la planta desalinizadora. Puso al cargo de la misma como jefe de planta a un titulado ajeno a la ingeniería hidráulica con un sólo año de experiencia y como jefe de mantenimiento a un simple electricista, quienes pusieron la instalación en una frágil situación.

En los años 2009  y 2010 hubo un cambio en la política del Govern, del PP en aquel momento, que prefería la extracción de agua de los acuíferos propios a la producción. Hizo que se paralizara el funcionamiento de la desaladora de la Bahía de Palma, que hasta entonces estaba trabajando al tope de su capacidad.

La concesionaria de la explotación y mantenimiento de la desaladora optó por mantener las ganancias y realizó recortes de personal y de gastos en mantenimientos, hasta que en el 2015, con el cambio de Govern, la política hidráulica cambió dándose la orden de arrancar todas las líneas de la desaladora aunque esto no fue posible por falta de personal cualificado. Sólo se pusieron en marcha tres de las nueve líneas.

 

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