Vox acusa a Alegría de «necrofilia política» por «hacerse fotos con los muertos de la guerra» en Aragón

Moncloa traslada los restos de 17 personas fallecidas en la guerra civil del bando republicano a Aragón tras exhumarlas del Valle de los Caídos. Este miércoles, el Gobierno de Pedro Sánchez ha vuelto a escenificar el revanchismo guerracivilista en la entrega de los restos de cuatro personas exhumadas.

Ha sido en el pueblo zaragozano de Magallón, donde se han desplazado el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, y la ministra de Educación, Pilar Alegría, en las ruinas del convento de los dominicos donde Jaime I el Conquistador llegó a escuchar misa.

Por su parte, el líder de Vox en Aragón, Alejandro Nolasco, ha calificado la escenificación de Moncloa de «necrofilia política». «El Gobierno de Sánchez envía a su sicaria política para hacerse una foto con los muertos de la guerra, es despreciable», ha señalado Nolasco a OKDIARIO aludiendo a Pilar Alegría. «Es despreciable hacerse fotografías con los muertos. Que dejen de manosear la historia», ha añadido el líder de Vox, quien es así mismo historiador.

El alcalde de Magallón habla a OKDIARIO

De hecho, el propio alcalde de Magallón, Esteban Lagota, quien es a su vez el nieto de uno de las víctimas de guerra cuyos restos han sido entregados este miércoles, ha reconocido que tanto él como su familia hubiesen preferido que se hubieran entregado «en la intimidad» tras el proceso de identificación de los cuatro aragoneses (Esteban Giménez Espeleta, Juan Chueca Sagarra, Felipe Gil Gascón y Pedro Peralta Gil).

En el acto que Moncloa ha organizado en Magallón han sido expuestas varias cajas de plástico con restos de los familiares que posteriormente han sido trasladadas al panteón del cementerio de Borja, cuyo alcalde, Eduardo Arilla, es uno de los fieles desde el primer momento a Pilar Alegría como secretaria general del PSOE en Aragón.

«Hay gente que en lugar de darle tanto boato hubiera preferido a lo mejor algo más íntimo», explica el alcalde de Magallón aOKDIARIO, pese a que para él recibir a su abuelo «supone una pequeña reparación para el daño y el sufrimiento. Que vuelvan nuestros familiares es un acto humano».

«Soy alcalde también, por lo que permanezco equidistante entre los políticos. No me gustaría que este acto dividiera a la ciudadanía. Fue una injusticia lo que sucedió con mi abuelo, pero mi padre no nos ha impreso odio. A mi abuelo lo fusilaron el 21 de agosto de 1936, mi abuela quedó viuda con 26 años. Tenían dos hijos. Dicen que en una cajetilla de tabaco dejó escrito que la familia se alejara de la política, ya ves, no le he hecho caso», explica.

La directora general de Patrimonio Cultural del Ejecutivo de Jorge Azcón, Gloria Pérez, ha estado también presente, mientras que la Ley de Memoria Democrática en Aragón sigue estando en un limbo legal, tras haberla derogado cuando los populares gobernaban con Vox, y en respuesta, el Ejecutivo de Sánchez haberlo recurrido al Tribunal Constitucional y éste aceptarlo, pese a que el informe del Consejo Consultivo en Aragón avaló dicha derogación.

La propaganda de Moncloa

Como decimos, el Gobierno de Sánchez ha organizado este miércoles dos actos anunciados a bombo y platillo en las localidades zaragozanas de Magallón y Borja, enmarcados dentro del programa España en libertad, con el que Moncloa está celebrando los 50 años de democracia tras la muerte del general Francisco Franco. En el cementerio de Borja además han descubierto una placa «en recuerdo a las víctimas de la represión».

Además desde el Valle de los Caídos se han trasladado los restos de 13 personas que no han sido identificadas al cementerio de la localidad de Borja. Por contra, el ministro Torres ha aclamado que este tipo de actos «no abren una herida, sino que cierra el círculo». «Hoy gozamos de opinar libremente y de poder votar a quien consideramos gracias a que algunas personas perdieron la vida para que nosotros podamos disfrutar de este momento. Hay que hacérselo llegar a los jóvenes», ha señalado.

En el mismo tono lo ha hecho Alegría, quien a través del Ministerio de Memoria Democrática está permitiendo llevar a cabo un programa de adoctrinamiento político en las escuelas sobre el periodo de la guerra civil y el franquismo, hasta el punto de poner en marcha una medida educativa donde los alumnos preguntes a sus abuelos si «tuvieron que comer gatos» durante la dictadura.

La puesta en escena del Ejecutivo de Sánchez no acaba ahí. Después de estos dos actos, el ministro Torres participará en la inauguración de la cátedra María Domínguez de la Universidad de Zaragoza, dedicada a la memoria democrática y que será dirigida por el sociólogo Alberto Sabio.

De hecho, esta jornada propagandística en torno a la figura de Franco se celebra a escasos tres días de que tenga lugar el Congreso regional en Aragón, donde la ministra de Educación será proclamada oficialmente la líder socialista en la comunidad, y que estará arropada tanto por José Luis Rodríguez Zapatero (el sábado) como por Pedro Sánchez (el domingo).

La cruz de Albarracín

En contraste, este mismo lunes saltó la noticia de las intenciones del Gobierno de Aragón de derribar una cruz que luce desde hace 90 años en una peña de la sierra de Albarracín, que le da nombre (la peña de la Cruz) por «riesgos medioambientales», tras haber recibido el impacto de un rayo en una tormenta del pasado mes de diciembre y haberle causado desperfectos en la cúspide.

La demolición inminente si no se detiene antes, fue comunicada a través de un informe elaborado por el departamento de Medioambiente al pueblo de Bezas.

Este atentado contra la cruz ha sido denunciado también por el líder de Vox en Aragón, Alejandro Nolasco, poniendo de manifiesto el ataque que estaba recibiendo la «Cristiandad» con el pretexto del «uso partidista de la historia», dado que esta cruz fue colocada tras finalizar la guerra civil española.

«Antes de derribarla, si el problema es que atrae supuestamente los rayos, que propongan repararla, como sería lógico», explica a OKDIARIO. Tras el revuelo suscitado en torno a la demolición de la cruz, desde el Gobierno de Aragón aseguran a este diario que se han contemplado otras opción por «vía telefónica» con el alcalde de la localidad.

Entre las opciones que se habrían barajadas entre Medioambiente y el Ayuntamiento de Bezas, estarían finalmente la de «sustituirla por otra de cualquier material (piedra, mampostería o madera tratada), cambiarla de ubicación, o restaurarla asegurando que deja de ser un peligro».