El Gobierno pide a los niños que pregunten a sus abuelos «si tuvieron que comer gatos» en el franquismo
Esta actividad tiene como objetivo que los menores "conozcan estrategias para sortear el hambre y resistir en tiempos difíciles"

El Gobierno insta a que los colegios pongan en marcha una dinámica educativa donde los alumnos pregunten a sus abuelos si «tuvieron que comer gatos» durante el franquismo. En una de las unidades didácticas que elabora el Ministerio de Memoria Democrática, el organismo encabezado por Ángel Víctor Torres busca que los menores tengan «una memoria del hambre de posguerra a partir de los testimonios de quienes lo vivieron», a través de entrevistas a sus antepasados sobre las «comidas extrañas» durante la época de Franco y cómo eso les ha impactado en el presente.
Esta unidad didáctica, titulada El pan negro, busca, entre otras cosas, que los menores «conozcan estrategias para sortear el hambre y resistir en tiempos difíciles». «El proyecto tendrá dos objetivos claros y sencillos: el primero conocer de primera mano cómo fue el hambre que se padeció: qué productos faltaban, cómo era la vida en el Auxilio Social, cómo eran las cartillas de racionamiento, qué consecuencias sobre la salud y la vida tuvo el hambre; y el segundo objetivo será conocer las estrategias que los grupos más desfavorecidos y que sufrieron hambre, pusieron en juego para sortearla: inventar recetas, buscar y rebuscar productos inverosímiles, activar picarescas de todo tipo para alimentarse», desarrolla el proyecto.
Para ello, desde el Ministerio proponen que los alumnos entrevisten a sus abuelos. «Para tener una memoria del hambre de posguerra a partir de los testimonios de quienes lo vivieron lo importante es hacerse idea del paso del tiempo: los que eran niños y niñas en los años 40 en la actualidad tendrán más de 80 años por lo que las personas preferentes para el proyecto serán muy mayores y se puede contactar con ellos presentando la investigación a las direcciones de residencias de mayores que será un buen lugar para realizar el proyecto. Pero también se puede trabajar con los hijos de aquellos que pasaron hambre y que, aunque no lo sufrieron en primera persona, sí escucharon reiteradamente el relato de las penurias de sus mayores y de cómo se las ingeniaron para salir adelante», exponen.
Para llevar a cabo estas entrevistas, el Ejecutivo propone «un pequeño guion», que incluye cuestiones como si tuvieron que comer «comidas poco habituales, como hierbas en el campo, o animales como gatos, en ocasiones también alimentos en mal estado o adulterados» o «¿cómo se repartía la comida en casa, quién se llevaba las mejores y las peores porciones?». «Es una investigación que puede ser dura porque lleva a recordar momentos difíciles de la vida de nuestros antepasados, pero al mismo tiempo regeneradora porque permite que se conozcan estrategias para sortear el hambre y resistir en tiempos difíciles», exponen desde el ministerio.
Segregación en las aulas
No es la primera vez que el Gobierno lleva a las aulas su particular obsesión por la Guerra Civil y la dictadura de Franco. El Ejecutivo promueve la enseñanza de la autodenominada «memoria democrática» a través de siete unidades didácticas para las asignaturas de Geografía e Historia, Historia de España y Educación en Valores Cívicos y Éticos, que abarcan desde Secundaria a Bachillerato.
En una de las actividades propuestas se divide a los alumnos en grupos en función de su opinión sobre Franco y la dictadura. Los menores tendrán que ponerse en pie y «se divide la sala en dos partes, con dos paredes enfrentadas en los extremos». «En el medio se pone una cinta de carrocero sobre el suelo, dividiendo el espacio en dos mitades iguales, y en cada una de las paredes enfrentadas un cartel grande: en una con un sí y en otra con un no. Se pide a los y las participantes que se pongan en el medio. El profesor o profesora les dice que vamos a entablar un pequeño debate en el que no sólo hay que posicionarse ideológicamente, sino también físicamente».
El alumno tendrá que situarse en un lado o en otro, según esté más o menos de acuerdo con determinadas afirmaciones como: «En la Guerra Civil mataron tanto unos como otros, fueran del bando que fueran», «si la guerra la hubiera ganado la República, habría existido la misma represión que con el franquismo», «España le debe mucho a Franco y a sus 40 años de paz», «las heridas de la guerra se cerraron hace ya mucho tiempo y no merece la pena reabrirlas», «lo que pasó durante la Guerra Civil no podría volver a pasar en la sociedad actual» o «quienes muestran más interés en estas cuestiones de la Guerra Civil son personas de izquierda o muy implicadas en la política».
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