ARAGÓN

El ‘timo’ de la ONG Apip Acam: así engaña a los inmigrantes hacinados en un hotel de Zaragoza

Denuncian que la fundación Apip Acam no les presta la ayuda prometida para obtener su permiso de residencia

Aseguran que son 200 personas las que viven en esta situación en Zaragoza

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Paula Ciordia

Casi un centenar de inmigrantes ilegales aseguran sentirse estafados por la fundación Apip Acam en Zaragoza por el timo de los papeles. La mayoría de ellos llegaron desde Canarias a Zaragoza hace casi un año provenientes de Mali. Desde entonces, se hospedan a gastos pagados en varios establecimientos de la capital aragonesa, como el hotel París Centro, a través del convenio de cooperación que el Gobierno de España establece con este tipo de ONGs para la acogida de protección internacional.

Sin embargo, después de casi un año viviendo en hoteles y en apartamentos turísticos, la indignación ha estallado entre los inmigrantes. No les falta manutención, tampoco ropa, tienen dispositivos móviles de última generación, ¿por qué se manifiestan entonces?, podrán pensar muchos.

Apip Acam y ‘el timo de los papeles’

Estos jóvenes veinteañeros de origen africano se han rebelado contra la fundación Apip Acam encargada de gestionar su situación en Zaragoza. Se sienten engañados. Cruzaron el estrecho con la promesa de trabajo. Denuncian que «no son animales» y que no vinieron a Europa sólo «a comer y a dormir».

«Queremos trabajar. Nuestras familias están en nuestro país, pero no podemos porque no tenemos papeles. La fundación Apip Acam no nos gusta, no soluciona el problema del trabajo», explican varios de ellos a nuestros micrófonos.

La mayoría no hablan apenas español, pese a llevar meses en Zaragoza. Denuncian que la ONG no les enseña el idioma y que tampoco estudian: «Si hablásemos español sería más fácil».

«¡NO NOS GUSTA APIC ACAM!, ¡NO NOS GUSTA APIP ACAM!», corean casi un centenar de malienses, en la calle de San Pablo, desde primeras horas de este martes a las puertas del hotel. «¡APIP ACAM, MUY MAL!», gritan fletados por un grupo de policías nacionales que se han desplazado hasta la zona para evitar cualquier altercado.

Los inmigrantes han hecho incluso pancartas con este lema que se puede leer también en una sábana blanca grande que sostienen entre varios. «¡ESTAMOS CANSADOS AQUÍ!», denuncian en otro cartel.

No es la primera vez que estos inmigrantes se manifiestan en las calles de Zaragoza. Según aseguran, han ido a protestar hasta en tres ocasiones a las instalaciones de Apip Acam, en la calle San Blas (a pocos metros de donde están). Pero no ha tenido impacto. Todo sigue igual: «Queremos un cambio», denuncian.

OKDIARIO ha intentado ponerse en contacto en repetidas ocasiones con la entidad y la responsable del centro en Aragón, Patricia Urzola, pero desde la fundación han declinado dar declaraciones al respecto a nuestro medio. Además, la página web tampoco se encuentra disponible.

«Necesitamos un abogado para arreglar los papeles. En Apip Accam llevan mucho tiempo diciendo que nos facilitarán uno, pero llevamos meses esperando. Necesitamos un abogado», insisten.

‘El timo del refugiado’

Esta misma asociación ha sido denunciada también en otras ocasiones por varios propietarios de Zaragoza que se han considerado estafados también por la fundación Apip Acam. Se trata del timo del refugiado. Varios propietarios que llevan hasta seis años tratando de recuperar su vivienda tras haber confiado en la fundación Apip Acam para ponerla a disposición de refugiados políticos, convertidos en okupas.

El caso de estas personas afectadas por la okupación es tan singular como idéntico entre sí. Hace años, estos españoles decidieron colaborar con la fundación Apip Acam para ayudar a refugiados políticos ofreciendo sus propiedades en alquiler.

Según relatan estos afectados, como José Manuel, la fundación Apip Acam les prometió que «irían de la mano» en todo el proceso de acompañamiento de refugiados. De buena fe, firmaron el contrato para alquilar su vivienda a estas personas, pero después de pocos meses, «los refugiados dejaron de pagar sus alquileres, convirtiéndose los refugiados de Apip Acam en inquiokupas», explican a OKDIARIO.

Estos afectados intentaron ponerse en contacto con la asociación, pero no obtuvieron respuesta: «Se desentendieron». Por ello, tras meses de espera, decidieron ir a la vía judicial. Un proceso largo que todavía continua anquilosado en el tiempo y en sus vidas, sin que ninguna institución lo remedie.

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