Los motivos por los que Topuria ha visitado este diminuto pueblo de Huesca y una fábrica de patatas
El actual campeón de la UFC visitó el pueblo de Lárrede
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Nadie lo esperaba, pero el actual campeón mundial de la UFC, Ilia Topuria, se ha presentado en un pequeño pueblo de Huesca en el que nadie le esperaba. El luchador, que ya está más que acostumbrado a los focos, los estadios llenos y las entrevistas internacionales, ha elegido este rincón rodeado de montañas y silencio, para pasar un día muy diferente al habitual.
El deportista visitó Lárrede, una diminuta localidad que está en el municipio de Sabiñánigo, para participar en un encuentro privado organizado por la empresa zaragozana Patatas Gómez. El deportista visitó la empresa, y se reunió con los trabajadores y directivos para una jornada especial de motivación. En concreto, la compañía aragonesa lo invitó como ejemplo de superación y esfuerzo, dos valores que comparte tanto el campeón de artes marciales mixtas como una empresa familiar que lleva décadas creciendo desde la tierra. El resultado fue un curioso encuentro que mezcló deporte, empresa y emoción a partes iguales, celebrado en un entorno tan impresionante como discreto.
Dónde está Lárrede
Lárrede es un pequeño pueblo que cuenta con solamente 21 vecinos y que se encuentra en la comarca del Alto Gállego, a apenas diez minutos de Sabiñánigo, rodeado de montes, praderas y el rumor constante del río Gállego. En él podemos encontrar unas pocas casas de piedra, calles estrechas y un paisaje que parece detenido en el tiempo. A los pies del pueblo se levanta una joya románica del siglo XI, la iglesia de San Pedro de Lárrede, una de las más representativas del arte serrablés. Su torre, sus arquillos lombardos y su piedra perfectamente labrada la han convertido en parada obligatoria para quienes recorren la ruta del Románico en Huesca.
El lugar elegido para el evento, el Hotel Viñas de Lárrede, completa ese encanto. Este alojamiento, premiado y nominado a los World Travel Awards como uno de los mejores hoteles nuevos de Europa, combina arquitectura tradicional y lujo contemporáneo. Sus vistas a los picos pirenaicos superan los 3.000 metros y, pese a su exclusividad, conserva un ambiente familiar y cercano.
El hotel no es sólo un refugio para quienes buscan desconectar, sino también un escenario perfecto para encuentros como el que se produjo entre Topuria y la empresa Patatas Gómez, dentro de una jornada de reflexión sobre liderazgo, trabajo en equipo y superación personal. El evento se celebraba con total normalidad, pero pocos esperaban que el campeón de la UFC hiciera acto de presencia y lo cierto es que fue toda una sorpresa.
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La empresa de patatas en la que Topuria contó su vida
La visita de Topuria formó parte como decimos, de una jornada de convivencia y coaching organizada por Patatas Gómez, una empresa zaragozana con una larga trayectoria familiar. La compañía compartió imágenes del evento en sus redes sociales describiéndolo como «un día muy importante y especial para toda la familia».
En la publicación de Instagram de la empresa, acompañada de varias fotos del luchador con el equipo, Patatas Gómeza destacaba el mensaje que Topuria dejó en su charla: «Hemos aprendido, compartido y crecido juntos. Y para cerrar el día, una sorpresa que nunca se nos olvidará: Ilia Topuria. Su historia nos inspira a seguir y a dar lo mejor cada día».
El encuentro reunió a empleados y directivos en un ambiente cercano, que nada tiene que ver con los eventos en los que siempre están grandes deportistas de la talla de Topuria, pero en este caso, la visita tenía todo el sentido del mundo. El luchador es siempre ejemplo de superación, esfuerzo y motivación, valores de los que precisamente habló frente a todos, además de dar claves sobre disciplina y mentalidad, compartiendo parte de su trayectoria y de los momentos que marcaron su carrera. Nacido en Alemania, criado en Georgia y nacionalizado español, su historia es la de alguien que nunca se rinde. Su récord (17 victorias y ninguna derrota) lo ha convertido en uno de los deportistas más influyentes del país, pero lo que más impresionó a los asistentes fue su manera de transmitir cercanía y humildad.
Según contaron algunos participantes, el luchador habló sin traer nada preparado, con naturalidad, recordando sus primeros años, sus entrenamientos y las dificultades que tuvo que superar antes de alcanzar la cima. La charla no se centró en presumir de sus títulos, sino en cuál es su actitud ante su profesión y la vida: el compromiso, el trabajo diario y la importancia de creer en uno mismo.
El escenario del evento acompañaba. Desde las ventanas del hotel se podían ver los Pirineos, y precisamente, ese silencio del entorno contrastaba con la intensidad de las palabras del actual campeón de la UFC. Para muchos, fue una lección más allá del deporte, una experiencia que mezcló motivación y emoción en partes iguales.