Vecinos de Sevilla denuncian el «cóctel explosivo» en sus barrios: inmigración, drogas y precariedad

La barriada de las Tres Mil Viviendas, en Sevilla.
Bloque de viviendas en el Polígono Sur de Sevilla.

Este miércoles, el Instituto Nacional de Estadística (INE) incluía dos barrios de Sevilla como los más pobres de España. El Polígono Sur ocupa el primer puesto, con una renta neta media anual de 5.329 por persona. El segundo lugar es para el barrio de Los Pajaritos-Amate, cuyos habitantes sobreviven con una renta inferior a los 480 euros mensuales.

Por si fuera poco, la Sevilla del socialista Juan Espadas incluye cuatro barrios más entre los 15 más pobres de nuestro país. La Plataforma Cívica Tres Barrios-Amate apunta al «cóctel explosivo» que sufre esta zona como desencadenante de la falta de recursos en sus calles.

Cada vez más drogas, más precariedad y menos ayudas. La economía sumergida de estos barrios se ha visto golpeada también por la pandemia y la llegada «muchos inmigrantes sin papeles» incentiva la precariedad en el barrio.

«Deterioro crónico y globalizado»

Fernando de Armas, portavoz de la Plataforma Cívica Tres Barrios-Amate, que reclama medidas sociales en favor de las barriadas desfavorecidas de Los Pajaritos, La Candelaria y Madre de Dios y el entorno de Amate, ha manifestado a Europa Press que la situación que arroja el mencionado estudio estadístico, confeccionado con datos de 2018, ha sido «agravada por la pandemia» de Covid-19 y la nueva crisis socioeconómica derivada las restricciones a la movilidad y a la actividad implantadas para frenar la expansión del virus.

El portavoz de esta plataforma, que no pocas veces ha alertado
del «deterioro crónico y globalizado» de los indicadores sociales en las mencionadas barriadas, ha recordado que fruto de las restricciones, muchas personas que vivían de la economía sumergida «perdieron los pocos ingresos que tenían», a lo que se suma la nueva incorporación de «muchos inmigrantes sin papeles» procedentes en muchos casos de países «en conflicto» de Iberoamérica, que tras huir de tales lugares afrontan «una situación si cabe aún más precaria» respecto a la población local de estas zonas desfavorecidas de Sevilla.

Fernando de Armas ha admitido no obstante que medidas como el Ingreso Mínimo Vital «han paliado algo» la creciente demanda de ayuda institucional, pero ha descartado un «cambio sustancial» de la difícil realidad socioeconómica de estos barrios deprimidos de Sevilla.

A ello se suma, según ha dicho, la «cada vez más» fuerte actividad en las viviendas utilizadas como «centros de drogas», extremo que está «envenenando la situación» en estos barrios y derivando en una «insostenible falta de convivencia» respecto a las personas que intentan vivir «honradamente».

Exclusión social

Todos estos factores, a su entender, están convirtiendo a estos barrios desfavorecidos de Sevilla en un «cóctel explosivo», por lo que ha reclamado a las instituciones públicas «que pongan más» esfuerzo y recursos en las políticas destinadas a revertir la realidad socioeconómica de estas zonas, donde la exclusión social y la falta de convivencia se ha convertido en «un problema enquistado».

«Necesitamos políticas integrales de educación, economía, empleo e incluso sociosanitarias», ha recalcado Fernando de Armas, quien una vez más ha reclamado mayor despliegue institucional para transformar la «terrible» situación social de los barrios de Los Pajaritos, La Candelaria, Madre de Dios y Amate.

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