Jerez de la Frontera

Las obras de un hotel en Jerez engullen un antiguo negocio y lo dejan sin agua y con facturas de 34.000 €

obras hotel Cádiz
Las obras de un hotel en Jerez engullen un antiguo negocio y lo dejan sin agua y con facturas de 34.000 euros.
David García de Lomana

Tras casi dos años con su negocio cerrado por la pandemia, Antonio Ojeda volvía a subir la persiana de su oficina en Jerez de la Frontera (Cádiz). Era finales de 2021 y no sabía que la vuelta a la normalidad traería consigo un auténtico «calvario». Es dueño y administrador único de Arte Sherry, empresa promotora de espectáculos. En 2019, antes de estallar el Covid-19, una inversora inmobiliaria compró todo el edificio, un bloque de viviendas, para convertirlo en un hotel.

Todo excepto el local de la planta baja en el que trabaja Antonio, que ni siquiera dejó un resquicio a la negociación. «Ponle un precio, tiene que tenerlo -le propusieron-. Pero no, es mi vida y no tiene precio», zanjó. Lleva en la misma oficina, ubicada en la plaza del Arroyo, desde 1990. Su negativa no fue impedimento para que constructores (Gesteco) e inversores (Tasaciones y Valoraciones Internacionales, S.L.) arrancaran las obras, que se intensificaron en 2020. Cuando Antonio reanudó su actividad tras el coronavirus, se encontró con una factura de más de 34.000 euros. Una fuga de agua había estado activa, borbotando, durante meses. «Por lo visto, hubo una rotura en las zonas comunes. Mi contador era el único que estaba allí y me la adjudicaron a mí», relata a OKDIARIO Andalucía.

Pero no sólo eso. A la factura envenenada de 34.700 euros le han seguido continuos problemas asociados a las obras. Primero, que para entrar en su local Antonio ha de cruzar un túnel destinado al acopio de materiales de construcción. Una vez dentro, el polvo y el ruido lo inundan todo. Los empleados viven entre albañiles y maquinaria. «Es imposible trabajar. Si quiero quedar con clientes lo hago en la cafetería de enfrente», cuenta. El resto de la planta baja está en obras. También las plantas superiores. Un día, incluso se les coló en el pasillo de la oficina una miniexcavadora.

Durante todo este tiempo, la empresa a cargo de las obras -afincada en Palma de Mallorca- no le ha propuesto ninguna solución. «Lo más normal es que me hubiesen ofrecido una oficinita hasta que terminen. ‘Mira, vete y cuando acabemos te instalas otra vez’. Lo habría entendido perfectamente», admite.

Además, y por si fuera poco, le han cortado el agua. «Aquello era una casa, tenía una batería de contadores. Ahora, ha entrado la obra, han hecho su organigrama y me han dejado sin agua», se lamenta Antonio. O quizás no sea el verbo indicado. «Estoy viviendo un calvario, lo que pasa es que lo llevo con arte», subraya.

Más problemas. «El año pasado se me inundó el local. Los forjados del techo no estaban terminados y en un día de lluvia me encontré tres dedos de agua en el suelo. Ordenadores, mesas, papeles, documentación importante… Se me caló todo», explica el dueño de esta promotora de espectáculos enfocada al segmento de congresos.

Fachada del edificio en obras, con el cartel del Gesteco.

Antonio, de 64 años, arropado por peritos y notarios, ha interpuesto ya tres demandas: contra la promotora, contra la constructora y contra la empresa de prevención de riesgos laborales. «No entiendo cómo pueden permitir esto que tenemos aquí», se pregunta. La denuncia por la factura del agua ha sido elevada a los juzgados, que deberán dilucidar quién es el responsable de la avería. De momento, la empresa ignora sus requerimientos. «No hay forma de contactar con ellos», denuncia. Tampoco le dejan entrar a la obra para hablar con los encargados. La única respuesta que obtuvo a sus burofaxes fue una amenaza: si continuaba por esa vía le denunciarían por acoso. Es por ello que recurre a los medios de comunicación. Las obras, según marca la licencia, está previsto que concluyan en agosto de 2023. Entretanto, Antonio no se rinde. Antes de que acabe el año enviará una carta al Defensor del Pueblo.

«Es muy complicado que un negocio de un sector especialmente golpeado por la pandemia, cuando intenta levantarse, rehacerse y buscar fórmulas, se tenga ahora que enfrentar a esto. Están buscando que se me agote la paciencia, pero no lo van a lograr», sentencia Antonio.

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