Mauritania encarceló sin pruebas a un español de forma «infrahumana» ante la pasividad de Sánchez
Una auténtica tortura. Es lo que ha vivido este verano un patrón de pesca español, José Bermúdez, tras haber estado retenido sin comida en un calabozo de Mauritania por un presunto delito que él no ha cometido, tal y como denuncia. Fue acusado «falsamente» de haber causado la muerte de cuatro marineros del país africano por una colisión con el barco pesquero de los mismos. Bermúdez niega rotundamente que se produjera tal accidente y desconoce el porqué le ha pasado todo. Asimismo, ha señalado que pasó 13 días en un calabozo donde «no le daban de comer» y durante este tiempo se sintió «solo e indefenso».
En rueda de prensa en Sevilla, el patrón ha contado su experiencia después de estar retenido en Mauritania más de cuarenta días y después de poder regresar a España el pasado 30 de agosto. Así José Bermúdez ha narrado que su «pesadilla» comenzó el 14 de julio «cuando, después de pasar una guardia buena», se llevó «la sorpresa» de que lo detuvieron cuando llegó a tierra.
«Parece ser que me acusan de homicidio involuntario, obstrucción a la justicia y todo lo que han querido y más, pero el barco durante mi guardia no tuvo ninguna colisión. Además, tengo pruebas de ello y el testimonio de la mayoría de la tripulación, aunque dos de ellos si declararon que escucharon un golpe tremendo, cuando nadie más lo escuchó», ha comentado.
Además, ha contado que en el país le sometieron a varios juicios con «tres jueces distintos» en árabe, por lo que no entendió «nada», y en los que tuvo que ser su «propio abogado», ya que le acusaron de «ir borracho, drogado». «Todo ha sido una mentira, para mí ha sido toda una mentira», ha manifestado, al tiempo que ha incidido que «siempre» le declaraban culpable y las «amenazas eran constantes», para que se «callara» y que «todo era secreto». Además, asegura que no sabe «si ha salido del país en libertad o no» porque no tiene «ningún documento».
Por otra parte, ha señalado que el juez «cambió la versión varias veces» y es que «fueron a buscar los cadáveres a la semana siguiente del supuesto siniestro», toda vez que ha negado haber visto los cuerpos «al igual que la Guardia Civil».
«Yo tengo pruebas de que mi barco no ha colisionado. Eso es seguro. Además, la Guardia Civil ha hecho un informe también en el que se concluye que es imposible que ocurriera lo que ellos dicen, no concuerda nada. Si yo hubiese trincado a ese barco a la velocidad a la que iba el mío, no habría dejado ni las astillas. Y si hay un accidente, yo no dejo a nadie tirado en el mar. La vida humana es sagrada», ha expresado.
Bermúdez asegura que durante las primeras diligencias declaró toda la tripulación y que el primer patrón «se limpió las manos, declaró que yo era el primer patrón y se fue para casa», mientras que el barco se reparó y «se fue toda la tripulación para casa» y él se quedó «solo en el país». «Me comí el marrón yo», ha lamentado.
«Yo lo he pasado muy mal. Me he visto indefenso completamente y abandonado, sobre todo abandonado. Sigo sin poder dormir bien, estoy todavía en alerta, sigo en alerta. Mis hijas y mi mujer dicen que no soy el mismo. Es muy difícil, la verdad», ha lamentado, al tiempo que ha señalado que el destacamento de la Guardia Civil ha sido «su gran apoyo» y que de hecho empezó a desayunar «gracias a ellos».
Además, ha asegurado que «ahora mismo» es «incapaz de coger una bicicleta» debido al «miedo» que tiene, toda vez que ha reconocido que incluso en España no se siente «seguro», pese a que «no está amenazado».
Pasividad del Gobierno
Por todo lo sucedido, su abogado, Fernando Osuna, ha asegurado que se va a pedir «responsabilidad patrimonial» a la Administración por «mal funcionamiento» porque las autoridades diplomáticas españolas «han actuado pésimamente, no han hecho absolutamente nada», además de que debido «la situación de estrés vivida, ya que está bajo tratamiento psiquiátrica», se ha solicitado «incapacidad temporal», aunque «dependiendo de cómo evolucione su salud mental, pueden otorgarle una incapacidad absoluta total o volver a trabajar» y dependiendo de lo que digan los especialistas «se calculará la indemnización».
Por otro lado, Osuna ha señalado que se va a solicitar «una cantidad por daño moral», por «esa angustia y estrés al estar en esa situación más de cuarenta días, eso también se cuantifica», toda vez que, junto a otro despacho de abogado, se está llevando a cabo una acción porque «entendemos que se ha producido un accidente laboral que tiene que ser indemnizado con una incapacidad parcial, total o absoluta».
Asimismo, Osuna ha dicho que no se descarta una tercera acción, por vía penal, «por si hubiera algún delito por parte de las autoridades españolas por no haberlo auxiliado cuando estaba en una situación de extrema gravedad».