Mairena del Aljarafe

El juez archiva la causa por la muerte de un detenido tras ser reducido por guardias civiles en Sevilla

Jaén magrebí
Dos agentes de la Guardia Civil.

El Juzgado de Instrucción nº 1 de Sevilla ha ordenado el «sobreseimiento provisional» de las actuaciones incoadas por la actuación acometida por agentes de la Guardia Civil el 12 de septiembre de 2022 en un domicilio de Mairena del Aljarafe (Sevilla) ante un caso de violencia doméstica, extremo que se saldó con la reducción de un varón de 37 años que había atacado a sus padres y a los agentes y con la muerte del mismo una semana después en el hospital.

El auto señala que la reducción de la víctima estuvo «justificada» y que el hombre sufrió un fallo cardiaco por un cóctel de drogas. El detenido mostró una actitud «muy violenta» y arrojó varias herramientas a los agentes, entre ellas un martillo.

Los padres del arrestado, que en un primer momento agradecieron a los agentes «la atención prestada» y manifestaron su intención de presentar una denuncia contra su hijo, según el atestado de la Guardia Civil, denunciaron luego a los agentes por un presunto delito de homicidio por imprudencia.

El auto

En el auto, emitido el pasado 6 de marzo y adelantado este viernes por Diario de Sevilla, el juzgado determina que «la necesidad de la reducción» de este varón estuvo «justificada y debe ser calificada de congruente», agregando que «en el informe necrológico elaborado por las médicos forenses» se determina que «la parada cardiorrespiratoria súbita que sufrió durante las maniobras de la detención fue secundaria a un síndrome de delirio agitado, inducido por un consumo de cocaína momentos antes del episodio violento, en un consumidor crónico, que padecía de cardiopatía isquémica crónica, arteriosclerosis coronaria severa precoz y enfermedad de los pequeños vasos intramiocárdicos incluyendo la arteria del nodo aurículo ventricular».

«La tormenta catecolaminérgica que ocasionó la toxicidad aguda cardiaca directa fue originada principal y directamente, por un consumo de drogas estimulantes, en este caso cocaína, agitación psicomotriz propia de un síndrome de delirio agitado, que se vio aumentado con la presencia policial, y el forcejeo violento durante su detención, que actuaron como factor complementario», determina el jugado.

La situación la «creó» el fallecido

Esta «tormenta catecolaminérgica», según el mismo, «fue una situación creada» por el propio individuo «con el consumo previo de cocaína, cannabis y alcohol, horas antes del suceso, con el episodio de agitación, violencia y resistencia muy activa al hecho de la detención, que obligó a llevarla a cabo en unas difíciles condiciones; detención de otra parte precisa atendido su comportamiento, que auguraba la posibilidad de lesiones y daños para terceros», explica la juez instructora en el auto de sobreseimiento provisional de las diligencias.

Según el atestado policial que obra sobre el asunto, el pasado 12 de septiembre la Guardia Civil fue requerida ante un «episodio de violencia doméstica en la que un hijo, supuestamente bajo los efectos de alguna droga, había agredido violentamente a sus padres», acudiendo los agentes a las 20:30 horas a la vivienda de Mairena cuyos moradores reclamaban auxilio a cuenta de dicha situación.

«Bajo los efectos de alguna droga»

El matrimonio que había reclamado la asistencia de la Guardia Civil, según el atestado policial, habría narrado a los agentes que su hijo se encontraba a su entender «bajo los efectos de alguna droga o sustancia estupefaciente» y que había «agredido con mucha violencia» a su padre, tras lo cual habrían mostrado a los efectivos «desperfectos ocasionados» por su hijo en la vivienda familiar, como la fractura de una placa vitrocerámica «de un puñetazo, causándose lesiones sangranes en una mano», o «un trinchador clavado en un mueble», antes de abandonar el domicilio.

Los padres de dicho varón, según el atestado policial, estaban «muy asustados» ante la posibilidad de que su hijo regresase, pues los había «amenazado de muerte».

Según el documento, mientras los agentes esperaban en la vivienda para «trasladar a las víctimas a dependencias oficiales», el hijo del matrimonio hizo acto de presencia en el exterior del inmueble, «golpeando con un martillo la cancela» del recinto y gritando a los agentes que les iba a «matar» al percatarse de su presencia.

Actitud «muy violenta»

Ante dicha situación, según el relato de los agentes, los mismos salieron al exterior de la vivienda para «mediar y calmar» al citado varón, pero el aludido, siempre según el atestado, habría mostrado una actitud «muy violenta» y les habría arrojado un primer martillo, un segundo instrumento similar -una «llave de rueda de vehículo»- y un destornillador, ante lo cual los efectivos actuaron para reducirle.

El hijo del matrimonio, según el atestado policial, habría ejercido entonces una «gran y desproporcionada resistencia activa», hasta que los agentes, tras forcejear en el suelo, lograron «colocarle los grilletes a la espalda», momento en el que se percataron de que el hombre «cesó de repente en su agresividad» mostrando signos de estar «inconsciente».

Entonces, según el atestado de la Guardia Civil, dado que el detenido «parecía no respirar», los agentes le practicaron maniobras básicas de reanimación, solicitando a las 20:40 horas asistencia sanitaria «con la máxima urgencia» y llegando la misma a las 20:50 horas, según el documento.

Los padres

Los facultativos, según el atestado, lograron «reanimar» al detenido y estabilizarlo, iniciando su traslado hacia el hospital San Juan de Dios de Bormujos, donde fallecería una semana más tarde. La narración agrega que tras salir la ambulancia, los padres del arrestado habrían «invitado» de nuevo a los agentes a entrar otra vez en la vivienda para «realizar fotografías del interior del domicilio» y «adjuntarlas al informe que hubiese lugar».

Incluso, la madre del detenido, según el atestado de la Guardia Civil «agradeció la atención prestada», manifestando la intención de «presentar denuncia contra su hijo», siendo solicitada «una patrulla uniformada para que acompañase a las víctimas hasta dependencias oficiales para presentar la denuncia». Tras acudir los padres del fallecido junto a los agentes, según el atestado, los padres «declinaron presentar» la denuncia contra la víctima.

Posteriormente, los padres del fallecido denunciaron a los agentes actuantes al atisbar un presunto delito de homicidio por imprudencia, reconociendo que su hijo «estaba muy excitado» y presentaba «un ataque de locura», quizá porque habría «bebido o tomado alguna droga», pero considerando que los efectivos acometieron su detención con «brutalidad» y de manera «desproporcionada», provocando su muerte.

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