El día que una famosa discoteca española dejó de llamarse ‘La Meca’ por las amenazas de los musulmanes

La Meca era una popular discoteca que se encontraba en Águilas, localidad murciana que hace frontera con Almería. Era cientos los jóvenes que disfrutaban de la música y el baile en este local que, sin embargo, tuvo que transformarse por completo -tanto el nombre como parte de su arquitectura- para contentar a la comunidad islámica, cada vez más presente en esta región. Los musulmanes indignados llegaron incluso a amenazar a los propietarios con prender fuego al local mientras los jóvenes estuvieran dentro. La citada discoteca pasó a llamarse La Isla, sin embargo, nunca logró tener la buena acogida que tenía hasta entonces y, finalmente, se vio abocada al cierre.

Corría el año 2010, momento en el que la comunidad musulmana empezó a multiplicarse en la zona. La comunidad islámica local y distintos grupos radicales comenzaron a amenazar a los propietarios de la famosa discoteca: «O cambiáis el nombre o la arquitectura o habrá consecuencias». Pedro Morata, uno de sus propietarios, se vio obligado a dar una rueda de prensa en la que explicaba los motivos del cambio: «Lo hemos hecho por la tranquilidad de nuestros clientes (…) y para evitar que posibles exaltados pudieran llevar a cabo actos desproporcionados».

De la cúpula los propietarios tuvieron que retirar un adorno de luna creciente así como la fisonomía del minarete, que tuvieron que cambiar por la de un faro, más apropiado al nuevo nombre de la discoteca (La Isla). El coste de las reformas supuso para los propietarios 100.000 euros y, lo peor de todo, que la discoteca nunca fuera a ser la misma… hasta el punto de tener que cerrar.

Morata, en la rueda de prensa, tuvo que dejar claro que la gente que iba al local no lo hacía «porque se llame La Meca o La Isla, ni porque haya un remate de la torre de una o de otra manera, o porque en la cúpula hubiese un diseño u otro, sino porque le encantan las instalaciones y no van a consentir que se convierta esto en un pequeño problema por una cuestión tan simple».

Los radicales llegaron a atacar la página web de una discoteca que nunca volvió a ser la misma por el capricho de una comunidad musulmana que logró acabar con un local que era un completo éxito en la región.