Sobrevive milagrosamente al brutal ataque de dos perros peligrosos
Cuarenta días de hospital y unas cicatrices terribles en el cuerpo y en el alma. Ya en su casa, salió del hospital hace menos de 24 horas, José Fernández Clemente muestra en su cuerpo el recuerdo que le dejaron dos perros de presa canarios el pasado 31 de agosto. Ahora denunciará por negligencia a la dueña de los canes.
Las heridas de las dentelladas que recibió en todo su cuerpo tardarán meses en cicatrizar pero José nunca va a poder curar el recuerdo de los largos minutos de agonía que pasó a merced de dos perros de más de 50 kilos de peso el pasado mes de agosto. Ese día el hombre paseaba por el camino de San Isidro en la localidad toledana del Corral de Almaguer cuando pasadas las 8:30 vio venir a los dos canes a la carrera.
“Fue cuestión de segundos, el primero intentó hacer presa en mi cuello y por reflejos pude zafarme de un codazo y ponerme de lado para hacer frente al segundo” los perros enloquecidos le mordieron en las piernas mientras José intentaba esquivar los mordiscos en los genitales. “Si llegan a cogerme en la parte interior de los muslos hubiera muerto allí mismo desangrado” recuerda José cabizbajo. No podrá olvidar nunca la angustia de aquellos momentos ni el recuerdo de las fauces ensangrentadas de los perros. “Me tiraron al suelo, me mordieron con saña a placer, de repente paraban y al minuto volvían a atacarme a pesar de estar en tierra”, y así en repetidas ocasiones.
José tuvo la fortuna de que otro paseante que también había sido atacado por los mismos perros anteriormente, observó la terrible escena y llamó de inmediato a la policía. Los agentes tuvieron que disparar al aire para ahuyentar a las fieras y una ambulancia trasladó a José al hospital del que ha tardado 40 días en salir.
Hoy José, recostado como puede en el sofá de su casa soporta unos dolores intensos mientras hierve de indignación. Su abogado Alberto Martín del despacho ASYMECO le acaba de comunicar las últimas noticias que ha averiguado del suceso antes de iniciar acciones legales. La policía ya comunicó que los perros salieron de una finca junto al camino, los animales escarbaron bajo la valla del recinto para liberarse y atacar a su víctima. Lo que no sabía José es que nadie intervino los animales tras el ataque que casi le cuesta la vida. Nadie acudió a llevárselos para someterlos a las pruebas necesarias para averiguar si estaban correctamente vacunados y podrían haberle transmitido alguna enfermedad. Tampoco tiene constancia de que los perros hayan pasado la cuarentena obligatoria tras el ataque. Todavía más, los perros no tenían seguro, algo obligatorio por Ley para los perros peligrosos, su dueña los aseguró tras el ataque.
En breve el abogado de la víctima presentará una denuncia por lesiones y también por las secuelas psíquicas que perdurarán largo tiempo. Entre tanto José se niega a volver a su pueblo y revivir el horror por el que pasó.